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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Romance. Drama Benjamin Braddock (Dustin Hoffman) vuelve a casa después de terminar sus estudios universitarios. Es un joven que alberga un gran rencor contra la hipocresía y la corrupción de la sociedad que lo rodea. La señora Robinson (Anne Bancroft), una amiga de la familia, se encapricha de él y lo hace su amante. Pero cuando Benjamin conoce a Elaine (Katharine Ross), la hija de la señora Robinson, todo se complica... (FILMAFFINITY)
14 de mayo de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchachos tímidos los ha habido en todas las generaciones y ha habido sobradas razones para serlo: La falta de sociabilidad; la autoestima por el piso a causa de las burlas y la subestimación al interior de la familia; el sentirse feo o mal hecho cada vez que se está parado frente al espejo; el maldito acné que vuelve el cuerpo impresentable; los necios prototipos que imponen las escuelas de modelos y las empresas productoras de tinturas y grasas de colores… y otras tantas causales que dan cuenta de que, esta sociedad, está reclamando a gritos que le demos una buena voltereta.

Benjamin Braddock acaba de graduarse, se ha ganado un premio en la universidad por sus buenos resultados, y su padre le ha regalado un Alfa Romeo porque se siente orgulloso de este logro. A una semana de cumplir los 21 años -la mayoría de edad en los años 1960-, Ben se ve abocado ahora a actuar como todo un hombre... pero más fácil es decirlo que conseguir hacerlo, y cuando de pronto la vida lo enfrenta a una mujer casada que desea acostarse con él, gran parte de los jóvenes de hoy lo considerarán ridículo, pero los que sabemos y sentimos en carne propia la timidez de la juventud, nos parecerá que Benjie es una perfecta remembranza de unos años que tenían mucho de encanto… y otro tanto de pendejada gracias a la cultura imperante y a la visión obtusa de las instituciones.

Mike Nichols, puso su flecha en el sol en esta inolvidable comedia, la cual siempre se ve con agrado, pasen los años que pasen, porque es registro de un tiempo doloroso pero contra todo inolvidable. La primera experiencia sexual con todos sus traumatismos… El primer amor que no sabes a ciencia cierta como retenerlo… El proyecto de vida que no tienes idea por donde agarrarlo… y todo se desenvuelve con gran creatividad en la composición de imágenes, en la edición... y emanando unos diálogos de pulso preciso en cada una de las frases.

El sólido guión de Calder Willingham y Buck Henry, basados en la novela homónima de Charles Webb, ha sido pensado escena por escena para que logre transmitir alma, y mucho se deben haber acordado –sobre todo Webb- de sus propias vidas, al momento de recrear estas inolvidables aventuras.

Generación 1960: La rebeldía, la decepción frente a la hipocresía de los mayores, la obligación de enfrentarse al mundo con lo poco que se adquiría del ejemplo de los padres –que poco dialogaban y menos compartían- y con lo escaso que enseñaban en las escuelas que más tenían de parqueadero de jóvenes que de instituciones formativas.

Con “EL GRADUADO”, queda para el recuerdo el lecho matrimonial de la señora Robinson… La habitación 568 del hotel de la primera experiencia… Aquel par de rostros empapados de lluvia que se enfrentan a la desencajada Elaine… Aquel autobús perseguido para forzar el encuentro… El grito en el cuarto donde los entrometiches vecinos miran como si se hubiera cometido un asesinato… y bueno, tienen que verlo (o volver a verlo), porque esta es una película que hace recordar, soñar y hasta nos devuelve el anhelo de volver a vivir cosas de las que parecieran perdidas para siempre.

Fue este el filme que subió a la cumbre a ese gran actor que luego ha sido Dustin Hoffman; fue otro enorme acierto para la gran actriz que fuera Anne Bancroft; y fue un enorme impulso para las magníficas canciones de Simon & Garfunkel, que ya hacen parte de los inmortales clásicos de la música pop:

“Hello darkness, my old friend
I’ve come to talk with you again
Because a vision softly creeping
Left its seeds while I was sleeping
And the vision that was planted in my brain,
Still remains,
Within the sound of silence”…
Luis Guillermo Cardona
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