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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama. Western El coronel Jim Brewton (Spencer Tracy) es un hombre que dirige sus prósperas propiedades de Nuevo México con mano de hierro. En cambio, su reciente matrimonio con Lutie Cameron (Katharine Hepburn) resulta un completo fracaso. (FILMAFFINITY)
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Un aclamado melodrama de la Metro. (FILMAFFINITY)
10 de mayo de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El coronel James Brewton, es un terrateniente con un intenso pasado que no oculta las sombras con las que ha construido su desolado presente. Por eso, quizás, ama tanto la tierra que ahora posee y donde todavía clama la sangre de los indios a quienes fue arrebatada. Temeroso de perderla y en una relación casi mística con aquel mar de hierba que, en buena parte, sigue perteneciendo al gobierno de los EEUU, Brewton se opone radicalmente a admitir que nuevos colonos se asienten en aquellos lares, porque presiente que arruinarán el bello esplendor de aquel verde que es obra de Dios.

Pero, llega el día en que el coronel presiente que los años pasan, y con el deseo de calmar la soledad y al tiempo procurarse un heredero, se casa con la bella Lutie Cameron, una mujer sociable que pronto verá que la tierra poco significa sino hay en ella seres humanos que puedan disfrutarla y compartirla. Entonces, como también ocurre con Brice Chamberlain, el hombre que defiende contra Brewton la causa de los hombres sin tierra, Lutie comienza a entrar en contradicción con su rígido marido y así comienza un interesante drama con aires de tragedia, donde el inamisible interés por el bien común, intentará calentar el frío del egoísmo y de los ideales mal entendidos.

Así, “MAR DE HIERBA” se convierte en un filme bien interesante, que se entiende que no fuera bien acogido por la crítica sesgada que no soporta que se cuestionen las liviandades de su historia. La ambientación, de una gran belleza plástica y natural, se conjuga a plenitud con los sentimientos de los personajes, y el director Elia Kazan, da a cada quien los mejores argumentos que consigan sustraerle del falso esterotipo de los buenos y los malos.

Por más que estemos de un lado u otro, cada quien luce matizado y sometido a ese acervo de contradicciones que siempre palpita en los seres humanos. A Brewton, implacable y egoísta, lo vemos también sensible, enamorado y ocasionalmente consecuente. Chamberlain, que bien podría ser la tormenta en aquella aireada tierra, es el hombre de ideales claros y víctima de la impotencia ante su propio hijo. Lutie, atada por un sentimiento que parece descubrir el fondo bueno de su marido, no logra controlar la conexión moral y afectiva que la une a Brice indeclinablemente.

De esta manera se teje una obra con solvencia narrativa y que habla de cosas relevantes sobre las que vale la pena reflexionar. Un notable elenco que incluye a Hepburn, Tracy, Douglas, Walker y Thaxter, alienta una película que, sin duda pierde un poco su rumbo tras la primera brillante hora, pero que, en general convence porque sabe describir a seres humanos como estos son y en situaciones que a todos deberían interesar.
Luis Guillermo Cardona
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