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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama La historia transcurre en 1938, en la India colonial, en pleno movimiento de emancipación liderado por Mahatma Gandhi. Se celebra una boda que bien podría ser un entierro: casan a Chuyia (Sarala), una niña de 8 años, con un moribundo que fallece esa misma noche. Se quema su cuerpo en la orilla de un río sagrado y Chuyia se prepara para el destino que han escogido para ella. Se le afeita la cabeza e ingresa en un ashram para viudas donde ... [+]
6 de octubre de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué paradojas las que suelen darse en la sociedad humana! En casi todos los países del mundo, la viudez se convierte en el estado ideal de la mujer. Pregúntenles a las viudas de los mafiosos, de los militares, de los políticos, de los pastores de iglesia… y de todos aquellos que, un día, dejan a sus mujeres libres de su pesada presencia, con una buena cuenta de ahorros en el banco y con suficientes propiedades como para no guardar rencor por todo lo que sufrieron. De inmediato, pondrán cara de acontecidas y dirán, como con pena, la más pequeña mentira: “Yo lo quería de veras”… y después aflorará su sentimiento verdadero: “¡Ay, pero la libertad vale mucho!”

Así sean viudas de pobres, las mujeres –no todas por supuesto, porque algunas todavía están en los gozosos cuando esto sucede- sienten que se quitaron un peso de encima, que vuelven a ser ellas, que pueden tomar decisiones de nuevo, que pueden volver a tener amigos y salir a donde quieran, hasta la hora que quieran, sin tener que rendirle cuentas a nadie… y todo esto no tiene precio.

En cambio, en la India, una frase escrita en tiempos remotos y que reza: “La viuda debe sufrir hasta la muerte, controlada y casta”, y luego promete que, “la esposa virtuosa que permanece casta cuando su esposo muere, va al cielo”, tiene a 34 millones de viudas (según censo de 2001), padeciendo toda suerte de privaciones sociales, económicas y culturales... ¡y sin poder sentir ni expresar el derecho inalienable al amor!

El mismo, Mahatma Gandhi, luchó contra semejante despropósito, pero, en ciertas culturas, pesan más los llamados libros sagrados, que la lógica, la razón o las nuevas leyes estatales. La atribución de estos libros a Dios, no obstante haber sido escritos por hombres de una particular época que ya no se corresponde con el sentir de las nuevas generaciones, conduce a este arraigo en detrimento de la evolución y las necesidades sentidas de las personas.

Con un guion escrito por ella misma -con la colaboración de Anurag Kashyap-, la directora india, Deepa Mehta, ha hecho un filme que se arriesga por la justicia en contra de la tradición; en defensa de los derechos de las mujeres en contra del oscurantismo; y en beneficio del cambio con la esperanza de que quede atrás tanto atropello a la libre autodeterminación.

<<AGUA>>, contiene una atractiva fotografía, una bella música... y unas sentidas interpretaciones de sus protagonistas… y logra conmovernos con un alegato maduro y digno de toda consideración.

Uno de los personajes preguntaba sin obtener respuesta:

-¿Y si nuestra conciencia discrepa de nuestra fe?

Yo puedo responderle:

-Siga a su conciencia porque, a través de ella, el que habla es Dios.
Luis Guillermo Cardona
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