Durante muchos y muy largos años, gran parte del territorio árabe estuvo sometido a la ocupación, las demandas y los abusos de los países imperialistas (Francia, Inglaterra, Italia…) lo que despertaría en ellos un gran desprecio por los invasores, pues, no solo les arrebataban sus riquezas para engrosar las arcas de las grandes potencias, sino que trastornaban su cultura y les imponían una moral que iba en contravía de sus preceptos.

Cuando estalló la II Guerra Mundial, en el mundo árabe había muy pocas naciones que gozaran de independencia: Arabia Saudita, Irán, Irak, Afganistán y dos o tres más. Siria, nación que durante siglos también padeció el azote de los imperios (Romano, Bizantino…), hecho que la ha convertido en una sociedad multiétnica y multi-religiosa, se vio tentada por los Aliados, como por los países del Eje, quienes quisieron, en aquel momento bélico, tenerla de su lado… y mientras Francia apretaba las riendas para obligar a los sirios a ponerse de su lado, los alemanes hacían lo suyo para que la elección fuera únicamente el nazismo.

En este marco histórico, es que se ha ambientado la historia que escribieran, Philip MacDonald y Herbert J. Biberman, quienes se propusieron lograr una trama amena, con un claro sentido del humor… y con más ganas de divertir que de hacer parte de los afanes guerreristas.

<<UNA AVENTURA EN ARABIA>>, puede sumarse a ese cine de propaganda para el que fueron comprometidos todos los Estudios Cinematográficos de la época. Se trataba de ganar simpatías para todos los países Aliados (incluida la U.R.S.S.), y por fortuna, algunas de la películas realizadas resultaron muy satisfactorias. Este filme, dirigido por el inmigrante ruso Léonide Moguy, también cabe dentro de esta lista.

Protagonizado por el siempre eficiente, George Sanders, éste hace ahora de un periodista del New York Chronicle, quien llega a Damasco para desenredar un complot que tienen los nazis con el fin de someter a la nación y ponerla de su lado. Virginia Bruce (Yvonne), es la chica que estará muy cerca jugando sus propias cartas; y Alan Napier (Latimer), será el hombre que servirá al diablo con un buen grupo de empecinados compinches.

El filme goza de muy sobrios y amenos diálogos; la ambientación convence lo necesario con un ligero toque a “Casablanca”; y los minutos pasan volando porque, el filme es muy dinámico y no da tiempo para pestañear.

Título para Latinoamérica: <<PELIGRO EN DAMASCO>>