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Voto de Natxo Borràs:
7
Thriller. Intriga En su primera noche patrullando, la agente de policía Megan Turner (Jamie Lee Curtis) se ve obligada a matar a un ladrón durante el atraco a un supermercado, pero es suspendida del servicio cuando no se encuentra el arma del asaltante. Además, a partir de ese momento, Megan se verá acosada por uno de los clientes (Ron Silver) que se encontraba en el establecimiento cuando sucedieron los hechos.
9 de febrero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Correcta intriga policíaca dirigida por Kathryn Bigelow, por aquel entonces esposa de James Cameron y que fruto de una breve convivencia y colaboración saldrían futuras películas de culto como “Días Extraños” (Strange Days, 1995), aunque ella por su cuenta ya había llamado la atención con el thriller de vampiros “Los Viajeros de la Noche” (Neared Darkess, 1987) empezando una carrera muy característica que dejaría huella con títulos tan emblemáticos como “Le llaman Bodhi” (Point Break, 1991), “En tierra hostil” (The Hurt Locker, 2008), “La noche más oscura” (Zero Dark City, 2012) o “Detroit” (2017).

El filme también comportó un regreso por la puerta grande de una treintañera Jamie Lee Curtis, alejada de su papel de Laurie Strode en “La Noche de Halloween” (Halloween, 1978) de John Carpenter, la secuela de Rick Rosenthal “Halloween II: ¡Sanguinario! (1981) o infames slashers como “Prom Night” (1980) o “El tren del terror” (Terror Train, 1980), títulos que pretendieron catapultarla como reina del grito y que afortunadamente su renacida aparición en la comedia “un pez llamado Wanda” (A fish called Wanda, 1988) deshizo cualquier sospecha de que acabaría como actriz encasillado en el género del suspense y el terror.

En “Acero Azul” Curtis se mete de lleno en el papel Megan Turner, una chica de la que la hija de Janet Leigh y Tony Curtis podría retomar esos viejos papeles de chillona veinteañera que interpretó. Sin embargo Bigelow le da un vuelco a ésta historia de una mujer policía acosada constantemente por un “broker” psicópata. Algo así como un Patrick Bateman caracterizado por Ron Silver, (papelazo de malo que le hace sombra a un inadecuado Clancy Brown en el rol de inspector de policía bueno y colega de la protagonista).

La directora de “El peso del agua” (The Weight of Water, 2000), convierte a la víctima en una auténtica heroína de armas tomar y al agresor, en el reflejo y patrón de sus miedos sin llegar con su thriller a alcanzar las cotas de una película de terror. Policíaca se queda la película y ambos, víctima y agresor, se dejan llevar en un duelo con algún que otro tiro y mucha tensión psicológica.
Natxo Borràs
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