Así de claro pero es que a la hora de matizar comparaciones no puedo evitarlo. Cuando se huele el tufillo se prevé lo que va a ocurrir aunque te acabe gustando esta historia y te deje con buen sabor a boca. Ocurre como en los buenos vinos; pueden ser traidores en el olfato o el gusto y te acaban o no gustando una vez los has probado con recelosa curiosidad.

Con "Sueños de Juventud" ocurre lo mismo. Es un comedia dramática correctamente estructurada de principio a fin sobre los viejos valores en la sociedad de hoy; la amabilidad y tozudez del señor Josef (Zdenek Svérak), hombre de clásicas costumbres e inadaptado a los tiempos modernos (geniales los gags de los saludos que devuelve a ajetreados transeuntes que hablan por el móbil en la calle o el uso que hace de la cafetera eléctrica). Josef lleva casado casi cuarenta años con la mujer de su vida Eliska (Daniela Kalarova) pero no con las de sus sueños húmedos. Hasta que un día harto y hastiado de todo, decide dar un giro radical a su vida abandonando la plaza de profesor cascarrabias en un instituto de secundaria y empezar de nuevo como mensajero por correo y acabar como reponedor de botellas en un supermercado donde conocerá a la más variopinta clientela. Ni su hija Helena (Tatiana Vilhelmová) comprenderá, ni tampoco se molestará, en averiguar los porqués de tan radical cambio. Solamente los amigos a quien quiere ayudar, y empareja como bondadoso celestino, parecen estar de su parte, aunque también algo perplejos.

El director de "Kolya" (premiada con el Óscar a la mejor película de habla no ingesa) sigue con la tónica de la comedia dramática para elaborar de un solo trazo la radiografía de su país. Aquí detalla sobre la llegada de la vejez que adopta un formato reflexivo en las secuencias del paseo en globo, y mostrarnos ya de paso otro rostro maravilloso de Checoslovaquia; enormes paisajes verdes y bosques frondosos bordeando un enorme lago, mientras Josef no para de gritar extasiado a su mujer: "¡Que emocionante por allà se vé la Central Nuclear! ¡Y por aquí la presa de agua que abastece a toda Praga!" Como alusión nostálgica en la era de desarrollo de la República en tiempos del comunismo. A Josef no le detiene ni la máquina del tiempo pero su buen corazón no conoce la relatividad.

Lo Mejor: los sueños, frustrados, de Josef
Lo Peor: el "déjà vu" que te queda, teniendo la sensación de haber visto antes algo así