Inaudito “slasher” que se estrenó en pleno renacimiento del subgénero gracias al factor de los “Scream” de Wes Craven entre otras cintas de las que también cabe destacar “Sé lo que hicisteis el Último Verano” (i Know What You Did Last Summer, 1997) de Danny Cannon o “Leyenda Urbana” (Urban Legend, 1998) de Jamie Blanks.

Todas éstas películas de terror en las que se reúnen a un grupo de colegiales sedientos de hambre de sexo para acabar creyéndose ser unos adultos machotes cuando no saben que tienen la muerte escrita como contrato preferente para las delicias de espectadores que por edad y comportamiento se asimilan (sálvense frikis insomnes y taciturnos que no saben qué película escoger o porque en la tele no hacen nada mejor).

A pesar de todos estos matices sin importancia que evidencian de que no se le puede exigir más a un producto que ya de por si es más previsible que una calle sin salida, la Muerte goza de una excelente carta de presentación( las secuencias del aeropuerto promete y su introducción promete bastante suspense y del bueno) que luego se va ejecutando a través de una serie de accidentes que van desde lo más tontamente doméstico, al más brutal atropello o en la vía de tren…

De allí a una cadena de secuelas que hasta la fecha no han ofrecido más de sí pero sangría en cantidad, la necesaria para rebosar camiones cisterna.