Memorable y entretenida película que combina intriga y comedia a mayor gloria de su protagonista principal, Gene Wilder (Los Productores; el Jovencito Frankenstein; la Mujer de Rojo) que se ve implicado en una trama de conspiración y asesinato en el trayecto que lo lleva durante dos días de Los Ángeles a Chicago.

Wilder interpreta a George Caldwell, un editor de libros que se toma unos días de descanso para ir la boda su hermana. Una vez en el tren conocerá a viajantes de lo más peculiares, entre ellos Sweet (Ned Beatty), un vendedor y una guapa chica (Jill Clayburg) que trabaja de secretaria para un Profesor en Arte que lleva unos importantes documentos escritos por el propio Rembrandt. Entre los pasajeros también hay un falsificador (Patrick McGoohan) custodiado por un grupo de pistoleros (entre ellos Richard Kiel conocido por sus apariciones de “Tiburón” en dos películas de la saga 007) que necesita retener los documentos a toda costa parapetando un asesinato en el que George será testigo directo y, a la vez, sospechoso.

Reconocido por derrochar lágrimas a medio mundo con “Love Story” (1971), y llevar el género musical a los confines del lastre con “El Hombre de la mancha” (1972), Arthur Hiller (director también de “¡Autor, Autor!” (1982)) contó por primera vez con Gene Wilder y Richard Pryor como dúo de comediantes, pero sin la complicidad que les haría aún más populares a ambos cuando los reuniría de nuevo en “No me Chilles que no te Veo” (See no Evil, Hear no Evil, 1989). Destacan las apariciones del simpático Ned Beatty (Superman), el siempre entrañable Scatman Crothers (Alguién Voló sobre el Nido del Cuco; el Resplandor) y el inquietante Patrick McGoohan (Fuga de Alcatraz, Scanners, Braveheart).