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Voto de Natxo Borràs:
9
Comedia. Drama Película basada en hechos reales del corredor de bolsa neoyorquino Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio). A mediados de los años 80, Belfort era un joven honrado que perseguía el sueño americano, pero pronto en la agencia de valores aprendió que lo más importante no era hacer ganar a sus clientes, sino ser ambicioso y ganar una buena comisión. Su enorme éxito y fortuna le valió el mote de “El lobo de Wall Street”. Dinero. Poder. Mujeres. ... [+]
1 de marzo de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la scorsesiana lista de neoyorkinos como el boxeador Jake LaMotta o el mafioso Henry Hill, cuyos puntos en común les unen una vida de ascenso y caída castigada por el exceso y la violencia, se suma la de Jordan Belfort, un judío natural de Queens, hijo de contables, que, tras salir airoso del “crack” bursátil del 87 (el segundo peor de la Historia) y que después de trabajar para la Agencia de Inversiones LF Rotschild (quebrada en ese fatídico año después de casi un siglo de existencia), emprendió la aventura de arriesgarse en la ciénaga de rebuscar y olisquear en la basura que olía a dinero fácil y rápido a precio de nada. En pocos años, gracias a su propia compañía, Stratton Oakmont, Belfort se reembolsó millones de dólares a pesar, según él, de no reunir en una semana la cantidad de los que hubiera deseados y que aquello le habría hecho más feliz de lo que su nueva vida de lujo ya le aportaba a base de poseer un Ferrari deportivo, un yate con plataforma de aterrizaje para helicópteros, y un sinfín de fiestas, droga y orgías en su agencia,(en las denominadas sesiones de depravación semanales, en que se llegaban a contratar desde putas de diferente categoría a enanos para organizar lanzamientos con ellos desde una distancia lo suficientemente óptima para asegurar un buen impacto a la diana). Así Wall Street se convirtió en una fiesta para Belfort y sus secuaces.

A Martin Scorsese solo le faltaba escudriñarse en el mundo de las finanzas para demostrar con una agresividad visual y un montaje de insulto esa confesión de tres horas perpetrada por un magnífico Leonardo DiCaprio al que le secundan Jonah Hill (Supersalidos ) como socio y Kyle Chandler (Super 8) interpretando al agente del FBI que le tiene en el ajo. Todo en una alucinógena “minnestrone” de placer por el dinero, con el lujo de permitirse follar con fajos de billetes encima o simplemente arrojarlos a la papelera. El divertimento está asegurado.

Lo Mejor: la consolidación de que la lejana apuesta por el tándem Scorsese DiCaprio ha cosechado definitivamente sus frutos.
Lo Peor: el inequívoco guiño a “Titanic” aunque realmente fue así como sucedió.
Natxo Borràs
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