El cada menos valorado cine europeo por parte del gran público suscita evidencias que productos de su originalidad que vagan hacia una deriva comercial del mismo, acaben pasando desapercibidos. No así en los países en que se facturan que, más o menos, obtienen buena recaudación en taquilla. Ocurre en España, Italia, en Francia y… Especialmente en Irlanda que con la intensa influencia y financiación de capital británico e incluso estadounidense se puede apreciar como una cinta más.

Pero no olvidemos que “La Recompensa”, pese a su premisa de thriller con momentos de comedia y drama, es un largometraje puramente irlandés (especialmente en sus diálogos amenizados de un ácido y característico sentido del humor negro que la oscurecen como obra de género), pero que se aleja del gamberrismo pretencioso que otras películas que derivan en la misma línea como “Intermission” (2003) de John Crowley.

La trama se centra en tres personajes unidos por las desavinencias del desitno y el peligro que les depara: Michael McCrea (Cillian Murphy) es un chico que se aventura a la calles de Dublin, a las deudas y, naturalmente, a la delincuencia forzada. Despechado tiempo atrás por su familia por un turbio pasado, su padre Jim (Jim Broadbent) decide ir en su busca sin saber que su hijo es el blanco de Darren Perrier (Brendan Gleeson) un sádico mafioso que le ha hecho de prestamista. Accidentalmente la vecina y amiga de Michael , Brenda (Jodie Whittaker) mata accidentalmente a uno de los gorilas de Darren, por lo que la huida de los tres (padre, hijo y vecinita) está garantizado.

Un film entretenido y recomendable para los que gusten de esas películas que, con poca acción pero unos diálogos de denominación de origen (lo que pasa con el humor británico) te llenan la velada aunque se le echa de menos más consistencia.