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Voto de Natxo Borràs:
10
Drama Jake la Motta es un joven boxeador que se entrena duramente con la ayuda de su hermano y mánager Joey. Su sueño es convertirse en el campeón de los pesos medios. Pero Jake es un paranoico muy violento que descarga su agresividad tanto dentro como fuera del ring. Incluso su hermano es víctima de su enfermizo carácter. Cuando, por fin, alcanza el éxito, su vida se convierte en una pesadilla. Por un lado, su matrimonio marcha cada vez peor ... [+]
13 de agosto de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La fijación del realizador de “Malas Calles” (Mean Streets, 1973) por sus compatriotas italoamericanos se dio por sentada cuando tuvo en sus manos la biografía de Jake la Motta, boxeador y campeón del mundo de los pesos medios y que en su tiempo fue apodado con los apelativos de “Toro del Bronx” o más popularmente como “Toro Salvaje”.

Scorsese se impregnó de neorrealismo al trazar el duro camino al ascenso (o descenso) a los infiernos de la fama de un hombre siempre obsesionado por la perfección de su carrera al éxito. Jake la Motta (Robert de Niro) está dispuesto a luchar por algo que cree que está correcto, dejando a un lado la opinión de los demás. Su orgullo es la resistencia a los golpes de la vida. Por eso, las más duras de las sangrientas peleas van más allá del cuadrilátero; en el hogar, con su hermano Joey (Joe Pesci) y su nueva conquista y futura esposa, la rubia Vickie (Cathy Moriarty), o contra los círculos mafiosos que trapichean por las calles de su Bronx natal. Y mientras el mundo está en guerra, él se hace con el título.

Los monólogos auspiciados de tristeza y un oculto arrepentimiento sobre quién fue y quién es Jake la Motta son de verdadera importancia a medida que nos vamos familiarizando con el personaje. La película rezuma de un intenso blanco y negro y sol congratula con escenas de color, bastante pálidas, en las imágenes familiares de Jake y los suyos; propias de un perdedor de la vida, que guarda unas apariencias pero que late en él un corazón completamente deshumanizado, al no haberse redimido todavía.

Robert De Niro engordó considerablemente (volvería a hacerlo en su papel de Al Capone en “Los Intocables de Elliott Ness” de Brian De Palma) y se llevó el Óscar al mejor actor principal. Joe Pesci estava nominado en la categoría de mejor actor de reparto pero tendría que esperar diez años para recogerlo gracias a su intervención como el sanguinario Tommy en “Uno de los Nuestros”. Thelma Schoonmaker se llevó la estatuilla al mejor montaje pero ni siquiera Paul Schrader estuvo nominado en el apartado de guión adaptado. No obstante su colaboración con el director de “Gangs of New York” estaba más que consolidada.
Natxo Borràs
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