Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Natxo Borràs:
9
Musical. Comedia. Terror Cuando una pareja regresa de la boda de unos amigos, estalla una violenta tormenta y el coche se les avería. Así las cosas, no tienen más remedio que refugiarse en un castillo, donde el doctor Frank-N-Furter vive entregado a la fabricación de una especie de Frankenstein. (FILMAFFINITY)
21 de octubre de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los créditos iniciales unos labios pintados (propiedad de Patricia Quinn) sobre fondo negro abren el tema “Science Fiction” (con la voz de Richard O´Brien) de lo que será el inicio de un show que nos deparará toda clase de sorpresas y emociones que incluyen risas, horror y bizarría. La letra de la canción alude a películas de género fantástico como “Ultimátum a la Tierra” (1951) de Robert Wise (“Michael Rennie was ill when the day the Earth Stood Still…”); “El Hombre Invisible” (1933) de James Whale (Claude Rains was the Invisible Man…) o al “King Kong” (1933) de Ernest B. Schoedsack y Merian C. Cooper (“Then something went wrong for Fray Way and King Kong / They got caught in a celluloid jam…”).

Se abre en escena uno de los musicales más venerados por estrafalarios. Después de asistir a una boda en la que la modélica pareja formada por Janet Weiss (Susan Sarandon) y Brad Majors (Barry Bostwick), que, en medio de una tormenta, piden auxilio en la mansión del excéntrico Doctor Frank N. Furter (Tim Curry), un científico travesti originario del Planeta Transexual, centro de la ira de sus criados Riff-Raff (Richard O´Brien) y Magenta (Patricia Quinn). La pareja de bienvenidos serán testigos de la creación de una nueva criatura, Rocky (Peter Hinwood) cuyo fin es satisfacer los deseos del Doctor Furter.

El modesto estreno en los escenarios no fue impedimento para que Richard O´Brien acordara con el australiano Jim Sharman llevar a la pantalla grande la adaptación de su idea más excéntrica. El film, en sus primeras fechas no obtuvo el éxito esperado y su pase por sesiones de madrugada no evitó, sin embargo, que se fuera propagando la moda en un reducido número de público para que dicho musical se convirtiera en una interactuación alternada con la película, a base de imitaciones, ruidos con instrumentos musicales, disparos con pistolas de agua y gritos en el patio de butacas. El “time warp” se convirtió en el baile obligatorio dentro de las paredes de los cines donde hoy todavía se sigue proyectando. En los años siguientes a su estreno, el fenómeno Rocky Horror” había obtenido proporciones gigantescas en países de ámbito anglosajón (se desconoce la versión doblada en castellano del film). Pero sin embargo como espectáculo musical ha sido reversionado centenares de veces.

Es de todos sabido que, con más o menos fortuna Tim Curry, Susan Sarandon y Meat Loaf triunfaron posteriormente en sus carreras. Barry Bostwick se pasó al olvido y Peter Hinwood se enfadó tanto por el ridículo que había expuesto en su personaje de la Criatura, que decidió dejar la escena y convertirse en un hombre de negocios respetable. Patricia Quinn adquiriria notoriedad en Inglaterra por su papel de Livilla en la popular serie de televisión “Yo Claudio” y Little Nell se pasaría al vanguardismo cinematográfico como musa de Derek Jarman.

Richard O´Brien y Jim Sharman idearon, con menos fortuna, una secuela en 1981: “Shock Treatment”, que no obtuvo el éxito esperado.
Natxo Borràs
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow