Hay que escarbar bastante en el cine americano independiente para encontrarnos con esas sencillas peliculitas sublimes e intensas en emoción y diálogo; que den de lleno en las relaciones humanas; que nos hagan reir, llorar o intrigar.... Siempre en un ámbito coral sin concesión al aburrimiento. En Estados Unidos en cuestión está claro que quien está al mando es la troupe integrada por autores de la talla de Jim Jarmusch, Kevin Smith, Richard Linklater o Vincent Gallo. De estos cuatro sobresale esta inspiradísima comedia dramática que ha sido la gran sorpresa de los últimos años a un lado y otro del Atlántico.

Cita, café, conversación, paseo y café. De este sencillo esquema elabora Holdridge su pequeña joya rodada en blanco y negro (obra de Anne Walker McBay, ojo que promete) que nos recuerda (dejándose de las grandiloquentes notas de las melodías de George Gershwin) Woody Allen y "Manhattan". Pero en Los Angeles de fin de año no apreciamos ningún edificio emblemático, sinó rostros de tortolitos buscando algo más que diálogo.

Incluso en sus situaciones de enredo (divertidísima la secuencia incial del photshop) "Buscando un Beso a Medianoche" se desenvuelve bien y vuelve a poner en un listóin muy alto un tipo de cine del que nos olvidábamos.