Sátira cínica, corrosiva, payasesca y tragicómica de una de las figuras más controvertidas de la política italiana de los últimos cincuenta años; me refiero a Giulio Andreotti, hombre catódico, católico, de derechas e imparcial como la copa de un pino capaz de dejar desangrar a colegas como Aldo Moro en el cautiverio de la ignorancia por culpa del poder. Y, precisamente, sin entonar meas culpas el circo o círculo Andreotti (emulando "Reservoir Dogs" en una de las secuencias introductorias del film) empieza a cavalcar en las ansias de un mandato (situémonos, flash-backs aparte, a principios de los noventa) llevando tras de si la corrupción y el engaño.

Toni Servillo interpreta como en un espejo a Andreotti con una pose e inexpresividad lapidarias y que dijo en cierta ocasión: "El poder desgasta sobretodo cuando no se tiene"

Lo Mejor: la escena de la fiesta, desenvuelta recreación de "El Padrino" en su más patético contexto.
Lo Peor: el film es algo largo e incomprensible.