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Voto de Natxo Borràs:
7
Thriller. Acción. Romance Micky y Mallory, una pareja poco convencional de jovenes amantes, sienten que han nacido para matar: son dos despiadados criminales que tienen atemorizada a la población. El presentador de un programa sensacionalista decide aprovechar la fascinación que su personalidad ejerce sobre el público para convertir a los asesinos en héroes televisivos. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por si no tenían bastante los fans de Oliver Stone, impresionados aún por la eficacia de su visión de la guerra del Vietnam en “Platoon” (1996) y su minucioso como meticuloso sentido de la disección a la hora de desgranar trapos sucios en la “JFK: Caso Abierto” (1991), el director norteamericano siguió golpeando a su país en sus entrañas pero ésta vez ofreciendo una sátira crítica de la utilización de los influyentes medios de comunicación cuando son un factor importante a la hora de manipular a la opinión pública y, más metiendo el dedo en la llaga, cuando el espectáculo es el Crimen.

Mickey (Woody Harrelson) y Mallory Knox (Juliette Lewis) son un joven pareja que en su ruta de carretera por los estados, van dejando tras de sí, y sin pestañear, un reguerón de cadáveres sin que la policía pueda hacer nada. Eso sí; siempre dejan a un testigo superviviente. Y esa será la excusa para que el presentador del programa “Maníacos Americanos”, Wayne Gale (Robert Downey Jr.) les siga la pista y así ganar más cotas de audiencia.

Un argumento escrito por Quentin Tarantino (que rechazó participar en el guión definitivo por diferencias con el director) fue más que suficiente para que el realizador de “El Cielo y la Tierra” (Heaven & Earth, 1994) o la recientemente estrenada “Salvajes” (Savages, 2012) se pusiera manos a la obra en un frenético proyecto que consta de decenas de secuencia por minuto (en la mayor parte del metraje) y que expone desde diferentes ángulos y puntos de vista una visión moderna e imparable de Bonnie y Clyde dispuestos a teñir todo en rojo lo que el público telespectador no desea presenciar, tratándose de un elemento tabú. Pero es aquí cuando entra en escena el morbo como máquina de matar conciencias y buenos corazoncitos representado por un carnívoro programa de televisión, más psicópata que la pareja protagonista y representada por un sobresaliente Robert Downey Jr, (vigilado eso sí, por otrao caricaturesco personaje interpretado por Tommy Lee Jones como director de una prisión, en uno de sus mejores papeles de su carrera.

Originales propuestas también las que nos ofrece Oliver Stone en presentarnos a sus fugitivos mediáticos en varios formatos (el irónico enamoramiento de la pareja en casa de la chica planteado como una “sitcom” y con Rodney Dangerfield de maestro de ceremonias, ajeno a los kilos de carnaza, ironía a las consecuencias que le pueden deparar si se pasa de listo con su futuro nuero). Memorables temas musicales de Leonard Cohen que abren y cierran éste imbatible retrato caricaturesco y psicotrópico de la Crónica Negra Americana.
Natxo Borràs
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