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Voto de Natxo Borràs:
9
Drama Narra la tragedia humana provocada por el gran terremoto que asoló Irán en 1990. Un director de cine y su hijo deciden, tras el terremoto, visitar el pueblo donde habían rodado la película "¿Donde está la casa de mi amigo?", para saber cómo están los niños actores que participaron en ella. Años después Kiarostami hará otra película ("A través de los olivos") sobre el rodaje de ésta, incorporando una historia de amor. (FILMAFFINITY)
6 de agosto de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda de la perpetrada pero no intencionada trilogía que el director iraní Abbas Kiarostami, dedicó Al Irán rural, al pueblo de Koker, donde rodaría en 1987 “¿Dónde está la Casa de mi Amigo? (Jané-yedust koyast?, 1987), cuyos planes de rodar nuevamente en un futuro no estaban probablemente materializados pero que un hecho puntual tal vez le hizo reconsiderar la idea de regresar a terreno ya filmado, pero ésta vez desde otra perspectiva (ficción dentro de una ficción: un padre y un hijo que se dirigen a una zona donde se rodó la historia de dos niños de diferentes pueblos pero que estudiaban en una misma escuela).

Sin alejarse de los largos planos reflexivos y un acercamiento al documental, Kiarostami regresó para reflexionar acerca de las consecuencias posteriores al devastador terremoto que sufrió el país en 1990. A través del expeditivo viaje de un padre que estuvo en el equipo de filmación y su hijo, el director de “Copia Certificada” (Copie Conforme, 2010) nos excusa con un retrato corriente, incluso preciosista, del día después de un terrible episodio que marcó la historia del país.

El destino de padre e hijo es inevitablemente Koker, oculto entre las pedregosas colinas y vergeles, como el tesoro a hallar donde la búsqueda infructuosa del destinatario es un hecho. A través de los testimonios de vecinos que se siguen desenterrando a los suyos de entre los escombros, sin embargo se denota la intención de un pueblo, de una comunidad, de unas gentes de seguir viviendo como si nada hubiese ocurrido y prueba de ello está en la preocupación que tienen de enviar a un instalador de antenas en la cima en la ladera más alta para transmitir los partidos del Mundial de Futbol y olvidarse así del drama de la reconstrucción. Una gran película cursada por su bello mensaje optimista.
Natxo Borràs
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