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Voto de Natxo Borràs:
8
Comedia. Intriga California, año 1970. A Doc Sportello, un peculiar detective privado de Los Ángeles, le pide ayuda su exmujer, una seductora "femme fatale" debido a la desaparición de su amante, un magnate inmobiliario que pretendía devolverle a la sociedad todo lo que había expoliado. Sportello se ve envuelto así en una una oscura trama, propia del cine negro. Adaptación de la novela homónima de Thomas Pynchon publicada en 2009. (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visionar y revisitar algunas de las joyas que nos ha deparado el sobresaliente Paul Thomas Anderson hasta exprimirnos y/o chamuscarnos la cabeza ya es un referente en su filmografía que salvo títulos como la jugosa “Boogie Nights” (1997), siempre ha tentado al espectador al desafío de unos films que con “The Master” (2013) en cabeza han invitado a sacar diferentes conclusiones tras su visionado que pueden dejar aburrido o indiferente al público de a pie.

Es una advertencia porque lo que ocurre “Inherent Vice”, o traducido aquí como “Puro Vicio” es dejarse llevar por las andanzas de lo que su principal protagonista, el detective Doc Sportello (Joaquin Phoenix), hippie crepuscular que vive de la resaca en la nueva América de Nixon donde Vietnam y Charles Manson todavía escuecen pero no el Verano del Amor y la paz en que muchos recurrían a la droga para viajar en sus lejanos karmas de ensueño y quedando recluidos, en ese presente de los recién entrados años setenta, como meros supervivientes de un tiempo que ya pasó y del que no hay vuelta atrás. Pero a lo suyo, que lo importante es dejarse llevar.

Hasta aquí puede llegar a ser comprensible la situación en que el escenario planteado puede desenvolverse, pero el cocido ya está hecho y partiendo de un caso a resolver (la desaparición de un constructor interpretado por Eric Roberts, de origen judío pero simpatizante de un grupo de radicales nazis) a petición de Shasta (Sarah Waterston), exnovia del detective que sigue enamorado de ella , cual Beatriz de Dante que la echa en falta a más no poder, nuestro protagonista irá atando cabos en relación a otros trabajos por resolver que van desde un saxofonista desaparecido (Owen Wilson) a su intromisión en un Sindicato de Dentistas adictos a la coca liderados por un no menos alucinado Doctor (Martin Short) , mientras que en sus investigaciones a Sportello se le cruza un duro y competidor teniente de policía (Josh Brolin) de tendencias fascistas y peinado de corte militar.

La novela de Thomas Pynchon (editada en España por Tusquets) ya de por si gozaba de una complejidad digna de un rompecabezas de recortes. Paul Thomas Anderson ha conseguido juntar las piezas posibles recobrando el viejo espíritu del neo-noir con toques de surrealismo y comedia negra y muchos, muchos personajes relacionados o no entre si y, en algunos casos, con los casos a plantear. Succiónense el cerebro si están preparados. Si no, escojan otra opción, otra película o disfruten del sábado. Es un decir.

Lo Mejor: la ambientación.
Lo Peor: su paranoica densidad.
Natxo Borràs
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