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Voto de Natxo Borràs:
8
Drama. Comedia Franquismo, años cuarenta. En una compañía de cómicos de la legua medio emparentados entre sí, aunque no recuerdan con precisión cuál es su parentesco, surgen amores y desamores. Hay separaciones dolorosas y encuentros felices; el trabajo se entremezcla con el amor, los problemas económicos con los familiares, y el hambre con el sueño de alcanzar el triunfo. (FILMAFFINITY)
12 de septiembre de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imprescindible comedia dramática en un momento de empuje importante para el cine español en que el género empezaba a renovarse gracias a nombres como Fernando Trueba (Sé infiel y no mires con quién) o José Luis García Sánchez (La Corte del Faraón) y a la espera que otros nombres como Manuel Gómez Pereira (Salsa Rosa) hicieran hueco ya en la década de los noventa con otros exitosos títulos. Pero ya un veterano actor y director como Fernando-Fernán Gómez (detras de las cámaras ya había rodado películas como "Mi hija Hildegart" (1977) y "Mambrú se fue a la guerra" (1986)) expuso en su "El viaje a Ninguna Parte" la regla de oro en que el drama y la comedia se fusionan en una función gris materializada en los años de la posguerra y visto a través del testimonio nostálgico de Carlos Galván (José Sacristán), antiguo componente de una pequeña compañía familiar de cómicos que iban por los pueblos en busca de un reconocimiento que solo beneficiaba a las alegrías de los aldeanos por las tardes después de misa.

Un marcado escenario de la posguerra española, lo mejor de la película, es lo que se encuentran ese grupo de cómicos liderados por el patriarca Don Arturo (Fernando Fernán Gómez) y los percances en que se deben encontrar con la intromisión de un "peliculero" que distribuye pases de películas por los pueblos (interpretado por Simón Andreu) o un prestamista (Agustín González) que les puede aportar algo de dinero con la condición de que le hagan realidad un número de revista algo incómodo para ellos que se desviven del teatro, amenazado en desintegrarse por la llegada de nuevos cambios y la promesa de la vida venidera en la ciudad.

"El Viaje a Ninguna Parte" homenajea aquellos que a pie y con equipaje en mano, soportaron como ir de un lado a otro, de posada en posada y ganarse la vida llenando los pequeños teatros y bares con sus representaciones. Toda una vida reflejada por uno de los últimos testigos vivos, representados en la ficción por José Sacristán y que recuerda ésa época anterior como reflejo de otra vivida posteriormente.

Una película que representa de lo mejor del cine español hecho En años. Muy recomendable.
Natxo Borràs
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