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Voto de Natxo Borràs:
7
Musical. Drama. Fantástico. Animación Pink, el cantante de un grupo musical, arrastra desde su infancia una serie de traumas debido a la dura educación que recibió. Cansado de todo lo que rodea su profesión, se acaba refugiando en las drogas como única opción para romper con el muro que él mismo ha creado a su alrededor. (FILMAFFINITY)
18 de julio de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El doble álbum de la banda británica Pink Floyd encabezada por Roger Waters, David Gilmour, Richard Wright y Nick Mason vio la luz a finales de los años setenta. El realizador Alan Parker comprendió perfectamente la idea transmitida en las poderosas notas musicales y sus tempestuosas letras que dicho trabajo tenía que ser transmitido en imágenes. Al igual que hiciera Ken Russell con los Who en Tommy (y de hecho se establecen similitudes en cuanto a la infancia de su principal protagonista, refugiándose en su ego como hijo póstumo de un héroe de guerra), Parker se arriesgó en crear un largo videoclip con todas las canciones recogidas por el bendito elepé de los autores de “Dark Side of the Moon”.

Y se construyó el muro para la pantalla grande. Quien no quiera comprender su sentido por si no lo encuentra que al menos se deje llevar por su música. No dejará a nadie indiferente. Pero como referencia la película es un alegato sobre la libertad individual limitada por unos cánones establecidos: la falta de cariño, un rígido sistema educativo y el ascenso a la fama de un compositor (un inerte y asolapado Bob Geldof con su mirada clavada en un televisor rehuyendo de la atención, primero de su novia y luego de una groupie), que no ha alcanzado el nivel de hallar su paradero en la felicidad absoluta. Convirtiéndose en un ser quebrantado por su condición de ser huérfano de padre y, por tanto, paria de un Sistema que lo arrincona al aislamiento del egoísmo. Hasta que se perpetra en líder absoluto (y con unos logos representando dos martillos cruzados y como si desfilaran al son de una marcha militar, emblema apropiado por los ultraderechistas Hammerskin).

Fue con el “boom” del videoclip y de la buena acogida que tenía Alan Parker en sus últimos films (pese a la recibida tibia de la crítica con “Fama”, otro gran musical) que “The Wall” se construyó sin ningún problema pese a su pretensión de ser un extenso video musical. Aunque eso sí, con la complicidad del cantante Bob Geldof, líder de los Boomtown Rats, autores de la polémica canción “I Don´t Like Mondays”, recreando el caso un tiroteo en una escuela norteamericana por parte de una alumna enfurecida.
Natxo Borràs
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