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Voto de Natxo Borràs:
4
Intriga. Terror Durante la Segunda Guerra Mundial, un destacamento del ejército alemán se defiende de las tropas aliadas en un paraje montañoso en Rumanía. Allí se acuartelan en una misteriosa fortificación romana, ignorando las advertencias de los lugareños. (FILMAFFINITY)
8 de julio de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Michael Mann aún no era reconocido como productor y creador de la famosa serie “Corrupción en Miami”, ni como director aunque se le felicitaba por un estilismo nocturno que siempre le acompañaría desde que se estrenó con “Ladrón” (Thief, 1981), estimable thriller interpretado por James Caan y considerado por muchos como un aperitivo a la más ambiciosa y adrenalítica “Heat” (1996) rodó “The Keep” singular cinta fantástica que mezcla dosis de terror con cine puramente bélico. Ambientada en la Rumanía de la II Guerra Mundial y bajo la sombra de los Cárpatos, un destacamento militar alemán comandado por el oficial Klaus Woermann (Jürgen Prochnow, nuevamente dándoselas de buenazo germano tras su paso por “Das Boot” (1981) de Wolfgang Petersen) que se toma un pueblecito a la vez custodiado por una enorme e infranqueable fortaleza cuyas paredes almacenan cruces de plata incrustadas. Ante el inminente saqueo algunos ignoran que pueden tratarse de las llaves de apertura en libertad de una misteriosa fuerza emanada desde dentro, por lo cual los curiosos que husmean empiezan a desaparecer misteriosamente.

Concebida como una Historia que enfrenta una encarnizada lucha del Bien contra el Mal desde una vertiente desconocida y sobrenatural. En lo malignamente humano (un sector del ejército liderado por un oficial de las SS interpretado por Gabriel Byrne) se cierne la amenaza interior mientras que en el lado opuesto, un historiador (Ian McKellen), su hija (Alberta Watson) así como los habitantes del pueblo reciben la ayuda de un misterioso individuo (Scott Glenn) recién llegado al lugar esperando el momento de enfrentarse a su destino.

Fiel a su procedimiento, Mann confeccionó un film extraño en su género, amenizado por una tanto empalagosa banda sonora compuesta por Tangerine Dream.
Natxo Borràs
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