Comedia dramática, aunque en éste último aspecto va desglosándose cada vez a más centrada en uno de los episodios más oscuros y polémicos de la historia de los Estados Unidos, la que se desenvolvió a inicios de los años 50, época en que comprendió el macartismo, alusión atribuida al controvertido senador republicano Joseph McCarthy que organizo con su Comité de Actividades Norteamericanas una cruzada contra todo aquel a quien se relacionara directa o indirectamente con organizaciones sindicales que englobaran al partido Comunista. Empezando por abajo, desde los artistas e intelectuales; la base del razonamiento que no necesariamente implicaba al patriotismo, convirtiéndose en objetivos potenciales, bajo presión de ser llevados ante la Justicia,… Hollywood no se libró de la tristemente conocida “lista negra” que incluyó actores, directores y guionistas de cine y TV fueron investigados y procesados ante esa absurda incursión de la política conservadora estadounidense contra un colectivo inofensivo y forzado a responder a unos duros interrogatorios.

Martin Ritt (Norma Rae; Cartas a Iris), que llegó a estar como “blacklisted” durante la Caza de Brujas dirigió ésta película contando con un notable reparto encabezado por un inspirado Woody Allen (quién diría que la película no la había dirigido él), en un papel a su medida; un camarero que físicamente atribuye los guiones de un amigo perseguido (Michael Murphy) a quien le delega sus funciones de escritor de éxito. Algunos artistas perseguidos en su momento por el senador más controvertido de la Historia de los Estados Unidos, aparecen como Zero Mostel o el guionista Walter Bernstein.

Y Woody Allen sin dejar de lado su sentido del humo que tan le funciona bien en la comedia como en el drama.