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Voto de Natxo Borràs:
9
Intriga. Drama Japón, siglo XII. En Kioto, bajo las puertas del derruido templo de Rashomon, se guarecen de la torrencial lluvia un leñador, un sacerdote budista y un peregrino. Los tres discuten sobre el juicio a un bandido, acusado de haber dado muerte a un señor feudal y violado a su esposa. Los detalles del crimen son narrados desde el punto de vista del bandido, de la mujer, del señor feudal -con la ayuda de un médium- y del leñador, único ... [+]
7 de noviembre de 2013
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Tras sus inicios en películas como “La Leyenda del Gran Judo” (Sugata Sanhirô, 1943) o “Los Hombres que caminan sobre la Cola del Tigre” (Tora no o wo fumu otokotachi, 1945) y que a posteriori fueron reconocidas fortaleciendo así su extensa carrera que lo entronizó como el mejor cineasta japonés de todos los tiempos, Akira Kurosawa sorprendió al mundo con “Rashomon”; un relato entre relatos de aprendizaje humanista en el que los hombres se adueñan de sus secretos, mentiras y todo seguido de un orden de visiones distintas aportadas a un desgraciado acontecimiento que se produce a lo largo de la película y que une a tres personajes (un vagabundo, un leñador y un sacerdote) y a los tres implicados en la historia que contará uno de los aturdidos testigos en la puerta de Rashomon en medio de un aguacero. (el ladrón Tajomaru, el Noble y Samurai Takehiro y a su mujer Masako). La pareja es asaltada y la esposa violada ante la aturdida e impotente mirada del marido antes de que fallezca atravesado por una daga que no aparece en el juicio posterior y que tiene al leñador como testimonio clave.

Las distintas aportaciones (la del ladrón, la mujer e incluso la víctima de su marido) se ciñen en un juego doble de engaños que tienen como centro el arrebato de la esposa y el dilema moral del ladrón (Basándose en la promesa) y la del marido (la lealtad y honorabilidad del matrimonio consumado), incluso después del abuso sexual en la que se ve sometida Masako y los desenlaces previstos al suceso o sucesos que van desde el duelo al harakiri del despojado marido y la maldad de la esposa renunciando a la valerosidad los dos hombres para enfrentarse entre si.

Lo que pondrá a prueba si el egoísmo de los hombres es o no una afrenta en los momentos difíciles como así se especifica en el hermoso desenlace del llanto del bebé abandonado en la tormenta y la decisión que deben tomar los tres hombres del regocijados en el pórtico de Rashomon.

Japón todavía bebía de su amarga derrota en la II Guerra Mundial y el panorama cultural no se preveía esperanzador desde ópticas más o menos progresistas (la obra de Yukio Mishima es un claro ejemplo) y en los círculos cinematográficos a Kurosawa se le acusó de “occidentalizar” demasiado el discurso de sus piezas fílmicas: aunque “Rashomon”, contrariamente a lo que se opinara, es uno de los más clara contribuciones que en tierra del Sol Naciente se ha hecho resplandecer.
Natxo Borràs
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