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Voto de Natxo Borràs:
6
Romance. Comedia Max Skinner (Russell Crowe), un experto en inversiones viaja desde Londres hasta Provenza para vender un pequeño viñedo que ha heredado de un tío al que estuvo muy unido en su niñez. Lo que no esperaba en absoluto es que éste fuera el punto de partida de un estimulante capítulo de su vida. (FILMAFFINITY)
20 de octubre de 2011
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Max Skinner (Russell Crowe), un alto ejecutivo de bolsa londinense recibe la supuesta herencia de su tío Henry (Albert Finney) que acaba de fallecer: unos viñedos en la Provenza. De hecho, Max guarda vagos recuerdos, aunque muy intensos, de un verano en que su tío le inculcó el amor y el respeto por la vida en el campo así como su gran pasión por el vino. Pero en la actualidad Max solamente se preocupa por sus millonarias operaciones en la Bolsa convirtiéndole en todo un monstruo de la profesión.

Con esa base ya sabemos lo que nos espera. El protagonista viajará a los viejos recuerdos de su infancia en la campiña francesa y el cambio radical aparecerá a la vuelta de la esquina. Previsible reseña de que el director de “Blade Runner” rodó, posiblemente por encargo, a satisfacción de su actor fetiche, Russell Crowe, que en esa época protagonizó un olvidable episodio en un restaurante de lujo protestando por la mala calidad del vino de cinco mil dólares que había pedido de la exclusiva carta. Anécdotas aparte, el protagonista de “Gladiator” y “Robin Hood” (ambas de Scott, por cierto, por si alguien no lo sabe) no se le reconoce por su escasa vitalidad de intérprete en comedias románticas “a la europea”, pero que gracias a la intervención de Marion Cotillard, la rudeza del australiano se enblandece.

Es una película agradable de apreciar porque se salva de lo que podía haberse tratado de una posible cursilada. A destacar la excelente fotografía de Philippe Le Sourd (Siete Almas).
Natxo Borràs
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