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Voto de Natxo Borràs:
7
Drama Desde finales del siglo XIX, se producen emigraciones masivas a los Estados Unidos. A bordo de lujosos trasatlánticos, además de elegantes burgueses, viajan también emigrantes. Danny, el maquinista del Virginia, encuentra a un niño abandonado sobre un piano, lo adopta y le impone el nombre de Novecento ("siglo XX" en italiano). El barco es el hogar del niño, y los pasajeros, sus ventanas al mundo. Tras la muerte de Danny, alguien ... [+]
13 de enero de 2021
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El siempre emocional y nostálgico Giuseppe Tornatore, con una carrera marcada para siempre con títulos imborrables como “Cinema Paradiso” y la inolvidable “Malena”, adaptó la obra “Novecento” de Alessandro Baricco, para la gran pantalla y convertirla en algo ya no nuevo de su cine: en un recordatorio de los viejos tiempos en que pasado y presente se confabulan en un cáliz emocional de recuerdos y emociones.

Si “Cinema Paradiso” era, en su contexto histórico, la cronología social y política a través de los ojos de un niño, un proyeccionista y un viejo cine de pueblo, aquí nos adentramos en el corazón de un transatlántico, el Virginia, y sus constantes viajes de ida y vuelta a través del Océano, y con la incesante música del pianista Novecento (Tim Roth) que toca para para ricos y pobres. Su llegada misteriosa en el barco y su educación en alta mar lo convierten en un personaje un tanto peculiar, conocedor del destino de los hombres y temeroso del suyo propio.

Como es habitual en las películas de Tornatore, la música, la fotografía, el humor y la lagrimita no faltan a lo largo de un metraje (que como en el caso de “Cinema Paradiso”) fue extendido de su estreno internacional de dos horas a casi tres. No obstante, la película nos brinda secuencias inolvidables como el duelo a piano entre el protagonista y Jelly Roll Morton (interpretado por Clarence Williams III).
Natxo Borràs
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