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Voto de Natxo Borràs:
6
Ciencia ficción. Thriller. Terror La nave espacial angloamericana "Churchill" va en misión de estudio hacia el cometa Halley, que se acerca a la Tierra. Antes de llegar a destino, encuentran una nave extraterrestre que viaja en la cola del famoso cometa. La nave atrae la curiosidad de los astronautas quienes, al mando del comandante de la misión (Steven Railsback), se lanzan a su investigación. En el interior sólo hallan tres ataudes de cristal con dos hombres y una ... [+]
27 de octubre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la colaboración de los productores Menahem Golan y Yoram Globus (ambos mandamases de la mítica productora Cannon y aquí en una de sus mejores inversiones), Tobe Hooper (todavía no desterrado de su aventura comercial con la spielbergiana “Poltergeist” (1982)) se aventuró con esta coproducción con el Reino Unido y la imaginería de Dan O´Bannon (uno de los percusores de “Alien”) adaptando la novela de Colin Wilson “Space Vampires” sobre la irrupción en el planeta tierra de unos inusuales quirópteros que en vez de chupar sangre, sustraen, en ese caso las almas la energía de los humanos, para llevarlos consigo en su nave espacial.

Aprovechando el filón que suponía el paso del Cometa Halley en ese ya lejano 1986 (de hecho otro director, Thom Eberhardt se aventuró con la “teen” y apocalíptica “La Noche del Cometa”). La exploración de tan célebre cuerpo celeste sirve de excusa para que una expedición se aventure a su suerte descubriendo un terrible secreto. A su regreso a la Tierra, el único superviviente, un coronel del ejército estadounidense (Steve Railsback) es interrogado acerca del cargamento extraterrestre transmutado en una hermosa mujer (Mathilda May) decidida a llevarse la energía de sus víctimas, que a su vez, necesitaran la de otros para intentar sobrevivir provocando una extraña plaga.

Lo mejor de ésta película se plantea como una épica mezcla del mito clásico del vampiro contrapuesto a la Ciencia-Ficción contemporánea (algo así como el castillo del conde Drácula está en el espacio exterior y los vampiros son alienígenas que no buscan sangre sino almas en su energía vital). Dos géneros que se han dado bien la mano dotándose de unos buenos efectos especiales, dignos de hacer a un lado la más que excesiva oferta de las piruetas digitales de hoy en día. Nada que envidiar para un disfrute de éste tipo aunque en momentos la trama quede algo alentada.
Natxo Borràs
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