El cómico transgresor Sacha Baron Cohen vuelve a dar señales de humor, mal gusto y pseudocumentalismo con el personaje de Bruno, un "gay" austríaco especialista en moda y alta costura y torpe a la hora de mostrar sus debilidades e inclinaciones sexuales en las absurdas situaciones que se monta viviendo s particular sueño americano cuando ya no es considerado profeta en su tierra.

Con Larry Charles de nuevo en la dirección, "Bruno" es el molde exacto de "Borat" pero aunque este nuevo personaje sea más refinado, estilizado y aparentemente pulcro, no deja de ser un desastroso payaso que no tiene pelos en la lengua y que no se corta un pelo en conseguir un bebé africano a cambio de una Ipod. No faltan gags visuales (como las piruetas de su pene) y los risibles fotomontajes a que nos tiene acostumbrados este cómico inglés que no muy satisfecho tiene al público americano y que amenazará en aborrecer por sus excesivos tópicos a los europeos que, de momentos, solo nos reímos de él para acabar reirnos por reir.

Lo Mejor: la cara de paleto que pone Bruno en plena fiesta swinger
Lo Peor podía haber sido un poco más original