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Voto de Nekro Zombie:
7
Acción Jean Claude Van Damme da vida a un oficial, un astuto detective que investiga a una serie de presos que se encuentran en la penitenciaria de Harrison, haciéndose pasar por uno más de los allí encarcelados. Pero tendrá que intentar escapar de la prisión cuando descubra el sorprendente secreto que se encuentra detrás de los trabajos internos que se llevan a cabo en la cárcel, enfrentándose a cientos de presos realmente brutales, a los ... [+]
27 de septiembre de 2014
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Actualmente se ven como ridículas todas esas películas de acción que hace unos años siempre estaban alquiladas en el videoclub y levantaban máximas audiencias en la televisión. Y lo que es todavía más triste: que sus protagonistas, como Van Damme o Stallone, han pasado de ser superhéroes, ideales de macho alfa en su máxima expresión, a iconos de lo más cutre y zafio de los 80 y 90. Sobre esto teoriza un filme llamado “JCVD”, que por cierto merece el calificativo de “obra maestra”, así como también la saga “Los Mercenarios”.

Yo, que estoy curado de espanto por haberme movido con cinéfilos y cineastas (que, ojo, no son lo mismo) y sé que en España queda bien exponer unos gustos algo refinados en blanco y negro o a la moda indie del momento, por muy falsos que sean, admito abiertamente que algunas de estas películas de acción son auténticas maravillas. Las disfruto tanto o más que, por ejemplo, cualquier tontería supuestamente “trascendente” sobre una relación de pareja convulsa.

¿Los motivos? De primeras, porque no soy un coñazo de tío. Desgraciadamente la cultura en nuestro país siempre está en manos de analfabetos enchufados o aburrídisimos pseudo-intelectuales de café Nespreso. Luego se quejan de que no consiguen hacer demasiada pasta con ella. De segundas, porque desde un punto de vista formal muchas pecan de impecables, como es el caso de “Death Warrant”. De terceras, porque en su contexto tenían mucho sentido. Esto es otro error común a la hora de analizar un filme: no conocer sus circunstancias.

Ya metiéndonos en materia, la presentación de personajes es simplemente una de las mejores de toda la historia del cine. Van Damme está de espaldas desenfocado, se gira y entra en foco con actitud chulesca. Desde la comisaría le piden que por favor no haga nada. Sin embargo, es atracado por dos punks de los que se deshace sin despeinarse con dos patadas. Parémonos aquí un momento. En cuestión de dos minutos ya se nos ha dado toda la información relevante sobre el protagonista: es un tipo muy duro, lo que se dice muy duro. También sabemos que sabe pelear y que es algo rebelde. ¿Hace falta algo más para una película de acción? ¿Hace falta que haya leído a Dostoyevski y le guste discutir sobre Madame Bovary con su novia? No. Con esto funciona y ya es más que sufiente.

Luego en una especie de almacén abandonado, con atmósfera de película de terror y recursos propios del thriller, aparece el que será el antagonista: Sandman, que es más un monstruo que un villano de drama carcelario. Van Damme en principio es capaz de vencerle, pero nosotros sabemos que el mal siempre encuentra el modo de resurgir... Otra vez se deja en evidencia el buen hacer del equipo: en pocos minutos también lo descubrimos todo sobre el malo.

Ya sabéis: el bien contra el mal y todo ese rollo.

La cárcel, lejos de buscar el realismo, se mueve directamente en los terrenos de la fantasía. No intenta aproximarse a la realidad, sino a la distorsionada imagen popular que se tiene, o tenía, de ella. Por ejemplo, contiene estancias en las que los presos fuman marihuana, se hacen negocios con travestis, las distintas “razas” están divididas como en pie de guerra, etc. Resumiendo: es una cárcel de cómic. Es un mundo tan paralelo como pueda serlo “El País de las Maravillas”.

Por sus pasillos y celdas se mueve Van Damme, que no es muy distinto al Capitán América u otros personajes que actualmente resultan cool a las masas. Un Van Damme que luce muchísimo más guapo que en otros trabajos, ya que los otros personajes compiten a ver cuál de todos es más feo. Desde luego esto no es casualidad. Se buscaba que él fuese la luz al final del túnel, el ángel entre demonios.

Y ya que estamos en el plano formal, “Death Warrant” en general está ultra-bien fotografiada y todavía mejor planificada. Se nota que al menos el equipo se la tomó en serio. Algunas de sus escenas podrían estudiarse tranquilamente en escuelas de cine. Y no lo digo en plan cachondeo. Me impresionó, por ejemplo, un plano en el que Van Damme y el carcelero se quedan mirando fijamente de manera desafiante, en plan a ver quién la tiene más larga. Puro western, claro que sí.

El guión es otro de sus aciertos. No sólo porque contiene algunas citas que merecen ser recordadas y mole todo el tema del tráfico de órganos, sino porque busca lo cool en la violencia, lo cual no es muy distinto a lo que hace Tarantino. Cierto es que se le podría haber concedido a Van Damme un mayor metraje peleando. Pero tampoco pasa nada porque la película se aguanta sin necesidad de recurrir a la explosión fácil y a la pelea sobrante.

Menos mal que gente como el crítico Jesús Palacios ha sabido encontrarle el punto a este cinta. De lo contrario pondría en tela de juicio mi cordura. Creo que este tipo de películas se tienen que reivindicar. No por nostalgia o petardeo pop, sino por sus propias cualidades.
Nekro Zombie
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