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Andorra Andorra · Escaldes-Engordany
Voto de Gecko:
7
Ciencia ficción. Aventuras. Drama. Romance Tras el impacto con un gran meteorito, una nave espacial interestelar que viaja con piloto automático a un planeta lejano transportando a miles de personas, tiene una avería en una de las cápsulas de hibernación. Como resultado Jim Preston (Chris Pratt), uno de los pasajeros, se despierta noventa años antes del final del viaje. Estando completamente solo en la nave, Jim intenta por todos los medios volver a hibernar, pero tras un año ... [+]
9 de enero de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Passengers es la nueva película de Morten Tyldum, un director noruego que viene haciendo trabajos destacables como por ejemplo Headhunters, un thriller más que notable estrenado en el año 2011, o The Imitation Game (Descifrando Enigma en España) que relata la historia de Alan Turing, una de las personas más importantes para la caída del imperio nazi ya que fue él quien descifró los códigos de la máquina Enigma, y facilitó los datos necesarios para planear el desembarco de Normandía. Su final ya no es tan bonito, pero eso es otra historia. Lo que aquí nos concierne es un relato de ciencia ficción, a bordo de una nave que ha emprendido un viaje de 120 años a la velocidad de la luz para crear una nueva colonia humana en un flamante planeta, motivo por el cual sus 5.000 pasajeros se encuentran en estado de hibernación, ya que de otra manera no llegarían a su destino en un estado de salud óptimo. Vamos, que llegarían más tiesos que una mojama. Los protagonistas son Chris Patt y Jennifer Lawrence, quienes están a un grandísimo nivel. La elección de la actriz es de lo más acertado ya que no se trata de la típica intérprete femenina frágil y escuálida, si no que tiene una cierta corpulencia, que hace creíble algunas escenas dónde se le exige un evidente nivel físico. Y no lo neguemos, tiene curvas verdaderamente femeninas que la hacen realmente atractiva.

Evidentemente viajar durante 120 años en estado de hibernación tiene sus riesgos, unos riesgos claro que los creadores de la nave dan por imposibles ya que se supone que el dichoso cohete es perfecto y nada ni nadie puede provocar el más mínimo fallo. Error. Tan perfecta construcción, Ávalon, que así se llama la nave, resulta que no aguanta una lluvia de meteoritos. Al parecer los diseñadores no cayeron en que en el espacio exterior hay millones de estas tormentas, y la que aparece en la película no da la sensación tampoco de ser tan agresiva. En fin, lo que ya nos imaginamos todos, la cosmonave no resiste bien algunos impactos y comienza a dar fallos en el mecanismo por lo que una de las capsulas que acogen a los pasajeros se abre, despertando así al protagonista de la película, Jim Preston, un ingeniero dispuesto a comenzar una nueva vida en un nuevo planeta. Todo transcurre con normalidad hasta que nuestro personaje se da cuenta de que es el único que se ha despertado y su sorpresa es mayúscula cuando descubre que aún quedan 90 años para llegar al destino. El estupor es mayor al averiguar que no hay manera de volver a introducirse en la cápsula e iniciar una nueva hibernación. Claro, si quedan 10 años dices bueno, intento aguantar. Cuando quedan 90 años de viaje intuyes que no vas a llegar muy fresco a tu nuevo domicilio. Eso sí, en la nave hay todas las comodidades posibles y a priori no falta de nada.

Obviamente, por muchas vistas al espacio que se tengan, un barman robot con bebida infinita, y varias actividades lúdicas por realizar, la compañía humana siempre tiene un plus. Después de un cierto tiempo en la más absoluta soledad emotiva, las dudas empiezan a aparecer. Qué hacer se vuelve un dilema significativo. ¿Despierto a alguien que me haga compañía? Sabiendo que si lo desvelas de su profundo sueño le jodes lo que queda de vida, la disyuntiva se vuelve todavía más trascendental, pero tiempo es algo que sobra para reflexionar en tal situación. Viendo la portada de la película ya podemos intuir el desenlace de tal duda. Y no lo neguemos. Todos hubiésemos hecho lo mismo. Unos hubiesen tardado más, otros hubiésemos tardado menos. Además, siempre puedes decir que la nave se ha vuelto loca.

A partir de aquí empieza una historia de amor intergaláctica con altibajos, como buena crónica romántica, y con algún punto filosófico que añade el personaje interpretado por Lawrence, Aurora Lane, escritora y periodista que no tuvo mejor idea que emprender este viaje para pasar un año enterito en este lindo planeta para después volver a la tierra y escribir una bonita historia. No sé si entendió bien que el dichoso periplo hace que cuando vuelva a la tierra hayan pasado 250 años y toda su familia y amigos sean meras cenizas. Durante el trayecto hace una breve aparición uno de los tripulantes de la nave (por fin alguien que sabe interpretar el manual de instrucciones del navío). Se trata de un oficial de cubierta llamado Gus Mancuso, interpretado por Laurence Fishburne, que cuando recordamos su papel en Matrix pensamos que quizás la saga acabó con Morfeo comiéndose a Neo, pero esto también es otra cuestión.

En definitiva, aún con las lagunas citadas, el conjunto de la película me parece muy bien ensamblado, con un resultado final de mayor calidad a la esperada. El visionado de esta película es un regocijo ante un trabajo de calidad, unas grandes actuaciones de actores que se suponen que no son de primer nivel pero que dotan a la cinta de una profunda personalidad, con un ritmo enlazado a la perfección por su director y con un final que deja al espectador con la incertidumbre hasta la mismísima y definitiva conclusión. Al parecer 2017 va a ser un año importante para el género de ciencia ficción. Ya se anunció en Blade Runner (Ridley Scott, 1982): “una nueva vida le espera en las colonias espaciales. Podrá volver a empezar en una tierra dorada llena de oportunidades y aventuras”.

https://afidavit.wordpress.com/2017/01/07/passengers/
Gecko
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