Las críticas sobre esta película están divididas, las hay muy buenas y las no tanto. Personalmente creo que los metrajes más difíciles de llevar a la pantalla son los épicos, porque hay mucho para contar y complicado de expresarlo en imágenes en dos horas o más, por ello creo que muchas veces las críticas suelen ser duras a despiadadas, el espectador es exigente. A mi me pareció excelente el metraje, muy bien cuidado en los tiempos, quizás me hubiera gustado un poco más de extensión, pero la dirección fue medida, no hubo exceso de efectos visuales, ni solamente se visiona el diluvio, es mucho más que eso, las actuaciones van progresando en la última parte llegando a escenas fuertes de todos los protagonistas. El trabajo de Russell Crowe es brillante una vez más va moldeando el personaje pasando por diferentes estados de ánimos, no es solamente un hombre bueno, es un Noé de carne y hueso, que se permite la duda, vacila. Logan Lerman (uno de los hijos de Noé), realiza un gran trabajo y mantiene una relación muy especial con su padre, lo desafía a diferencia de su otro hijo (Douglas Booth), que es más bien servil. Jennifer Connelly brilla también como su esposa, rotando su carácter a medida que los sentimientos de Noé van mutando. Emma Watson su hija de corazón es pasional, jovial y entusiasta, quien también desafía a su padre. Anthony Hopkins le da un toque especial a cada escena en la cual participa. En síntesis el metraje es intenso y da para pensar y para volverlo a ver. Disiento totalmente con las críticas duras que ha obtenido, creo que previamente se ha generado ya una polémica injusta sobre el film y eso en los espectadores incita a la duda y a ver le película con otra perspectiva. Imperdible.