Si se está preguntando si ver o no esta serie puede que la respuesta sea sencilla. Si ha visto la película Zodiac de David Fincher y le ha gustado, esta serie también le gustará. De hecho no es casual que el mismo Fincher participe en la dirección de la misma.

En caso contrario está en territorio ignoto, así que me permitiré hacer las siguientes observaciones para que desarrolle su juicio.

Mindhunter trata sobre la creación de la Unidad de Ciencia del Comportamiento del FBI. Esto es la célebre unidad, de la cual habrá oído hablar en más de una película de asesinos en serie, que se dedica a elaborar perfiles psicológicos de los sospechosos en las investigaciones.

La premisa de comienzo son las entrevistas con asesinos seriales condenados para intentar vislumbrar sus motivaciones e intentar catalogar su comportamiento a fin de elaborar perfiles psicológicos que ayuden a identificar a futuros asesinos de características similares.

En todo caso desista de cualquier expectativa morbosa dado que la serie es altamente circunspecta, y aunque no faltan detalles escabrosos no hay ningún tipo de reconstrucción gráfica de los crímenes. Eso queda para la imaginación del espectador. Quizá lo más perturbador que pueda ver sea la perspectiva humana del asesino, cómo narra afablemente y sin atisbo de remordimiento actos monstruosos con toda naturalidad.

A propósito de cómo abordar las entrevistas se plantea además un interesante debate metodológico entre dos de los personajes principales de la serie, el agente Holden Ford y la doctora Wendy Carr. La aproximación intuitiva e incisiva aunque desorganizada defendida por Ford o la alternativa más sistemática y metódica sostenida por Carr que facilita la categorización de los datos obtenidos a riesgo de resultar superficial y omitir información importante.

Hablando de personajes comentar que el trío protagonista es sólido y equilibrado en buena parte de la serie. Holden encarna al joven agente visionario pero temerario, Bill al agente veterano y Wendy aporta la perspectiva científica. De todos modos, aunque se trata de personajes bien construidos y creíbles, se aprecia un arrinconamiento del personaje de Wendy hacia la mitad final de la segunda temporada. Da la sensación que los guionistas no saben qué hacer con ella y su línea argumental se desentiende totalmente de la principal.

Igualmente sólido es el trabajo técnico. La recreación de los tiempos en los que se desarrollan los hechos es más que notable.

La dirección es sobria y efectiva. No se puede decir lo mismo de la narrativa que a veces resulta caótica. Pareciera que intenta abarcar más de lo que le conviene y da demasiados bandazos, pudiendo marear al espectador. Además creo que se dedica demasiado tiempo a desarrollar aspectos bastantes superfluos de las disputas de despacho o algún detalle de la vida personal de los protagonistas.

Probablemente lo más destacable de esta serie sean las entrevistas mantenidas con los asesinos y el trepidante tramo final de la segunda temporada a la caza y captura del estrangulador de Atlanta, que además sirve en cierto modo como una denuncia de las carencias y errores cometidos en esta investigación.

En resumidas cuentas, si eres de los que disfrutas del buen thriller policiaco y no te importa asomarte a los abismos del comportamiento humano, esta serie no debes perdértela.

P.D.: Mención honorífica a la inquietante cabecera de la serie que capta completamente su esencia.