Solo ante el peligro, es la historia de un hombre bueno, un ciudadano ejemplar, que en a lo largo de sus años que ha desempeñado la labor de Sheriff la ha empleado como protector y defensor de sus vecinos. De mediador electo, de hombre recto que ha jurado proteger la ley y la justicia. Es la historia de un hombre honrado que debe enfrentarse a los enemigos que se ha creado por mantener sus ideales y que se dedicaban a obrar el mal. Conforme el mal acecha y el hombre bueno pide ayuda, solo quieren brindársela los más humildes, siendo los demás supuestos prohombres, una panda de cobardes incapaces de ayudar a su amigo y vecino que ha estado con ellos cuando le han necesitado.

Gary Cooper se alza aquí como el epítome del Legal Bueno, a pesar de faltar 24 horas para dejar su cargo e irse a vivir con su mujer, a pesar de poder escurrir el bulto y dejarle el marrón a otro. El cumple con su deber, y se alza solitario y firme ante el peligro, con sus miedos, con sus dudas, con sus problemas, pero en definitiva, el solo contra el mal, mientras el resto de sus vecinos hacen la vista gorda o ponen excusas para no ayudar.

Fred Zinnermann desmenuza con cuidado y precisión la hora previa a la llegada de los criminales y la presión que siente Gary Cooper mientras sufre no solo el abandono de sus vecinos si no el rechazo, del hombre que en su día les resolvió la papeleta.

Una película ejemplar, una obra maestra del western y del suspense.