SOBRE LA PELÍCULA

Decepcionante a todas luces excepto para los fans de Wayne. Retocado el guión varias veces bajo la supervisión de nuestro derechista y analfabestia héroe, El Álamo fue escrita y dirigida para su mayor gloria. Pero falló al no prescindir de la auténtica estrella del film, Richark Widmark, quien interpreta de maravilla al pendenciero James Bowie. La última secuencia (muy bien rodada) es la más recordada de la película.

Me gustaría que algún empedernido cinéfilo me aclarase cual o cuales de las secuencias (si existe alguna) pudo ser grabada por Ford. Imagino la soberbia que debio aflorar en el actor-director, entre trago y trago, cuando el maestro se le acercaba para regalarle algún consejo.
Lo cierto es que la famosa cinta de aventuras se atropella cada dos por tres y todos los clichés y poses característicos del género aparecen por allí con un desparpajo vergonzante. Wayne más bien parece estar capitaneando a un equipo de fútbol americano que a los hombres libres que le siguieron hasta el fuerte. La escena de la cantina no tiene desperdicio por su cutrerío.

En definitiva, un palomino casposete que alcanzó renombre más por el risible enfoque del hecho histórico que trataba que por el producto presentado.


SOBRE LA POLÍTICA

Comentarle a las críticas anteriores que humanizar al enemigo no es óbice para presentar a los sanguinarios analfabetos anglosajones como héroes. En realidad, el enemigo eran ellos y no los mejicanos que defendían su territorio de una separación auspiciada por los adoradores de Adam Smith. De ahí su toque fascista. Los actos raciales no tienen nada que ver con el tufo derechista. Sólo faltaría. Porque entonces aparte de fascista, sería racista. ¿Se comprende bien? Se altera la historia para la causa. Fascismo puro y duro. Nada más. El racismo no tiene cabida en esta película.

Es gracioso que unos anglosajones en tierra extraña tilden de tirano al mandamas del lugar. Y ni cortos ni perezosos pretendan cambiar por la fuerza de las armas el status quo. Si tenemos en cuenta que tal gentuza fue expulsada de las civilizadas naciones europeas, no es de extrañar que quisieran modificar el destino de un Tejas español y luego mejicano hacía tres siglos, para ejercer los principios de su dios Adam Smith y de su libre comercio, que consiste básicamente en que son ellos y no un bigotudo hispano quien esclaviza a la población.

La independencia de Tejas fue una treta para que no cantara demasiado su posterior anexión a la Unión. Mejor entenderse con nuestros hermanos que con unos indeseables morenos que ni siquiera parlan inglés. Así de sencillo. Así de simple. Y Santa Ana queda reducido a un monigote mientras que una turba de sanguinarios paletos acaudillados por Wayne y el coronel Travis, quedan para el recuerdo como unos héroes, en lugar de como los soplagaitas soberbios y desestabilizadores que en realidad fueron para con el país de Méjico.