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España España · Asturias - Madrid
Voto de david:
5
Drama Una poderosa historia de descubrimiento sexual e intelectual basada en acontecimientos reales a partir de la turbulenta relación entre el joven psiquiatra Carl Jung (Michael Fassbender), su mentor Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y Sabina Spielrein (Keira Knightley). A este trío se añade Otto Gross (Vincent Cassel), un paciente libertino decidido a traspasar todos los límites. (FILMAFFINITY)
19 de noviembre de 2011
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los mimbres de este proyecto eran inmejorables. Cronenberg, experto en agitar la parte más opaca e impenetrable del cerebro humano, allí donde se hallan nuestros más oscuros deseos y frustraciones, se disponía a rodar la historia de dos de los personajes más importantes de la historia de la psiquiatría. Desde hace meses esperaba esta película, pero para no cometer el mismo error que con “El árbol de la vida”, decidí hacer un visionado previo en versión original (y gratis) con el fin de evitar el desfalco que supone ir hoy en día al cine.

Y mejor así. La decepción suele ser la sensación que sigue a unas expectativas demasiado altas. La película es correcta desde un punto de vista estético. Las ambientaciones, el vestuario, la música; todo es contención para dar el mejor cobijo posible a un discurso y una historia que se presumían apasionantes. Pero no. Considero que el mayor problema de esta película está en los diálogos de sus protagonistas. Dos de los mayores intelectuales de la edad contemporánea, cuya influencia en el estudio de la mente aún perdura, mantienen conversaciones intrascendentes y carentes de toda la complejidad que se les espera. Palabras vacías que se pierden entre el humo del puro freudiano.

Supongo que el mayor interés de Cronenberg era incidir en el progresivo alejamiento de Freud y Jung motivado por los celos profesionales. Tampoco en este caso, el canadiense logra plasmar la tensión creciente entre ambos, ni siquiera una tensión contenida. Y no se trata de que se den ostias, sino de mostrarnos un discurso intelectual mínimamente hilvanado que insufle vida a unos personajes que acaban resultando acartonados, un pálido reflejo de sus personalidades. Y en este sentido, quería señalar que no se trata de tener una recalcitrante fidelidad a los hechos ni a los personajes reales. Lo ideal, desde mi punto de mi vista, es partir de ellos para lograr un buen relato cinematográfico. Véase el caso de Amadeus, una de las películas que mejor plasma los celos profesionales y artísticos, película que prefiere pasarse por el forro la historia verídica, si con ello se consigue una obra cinematográfica óptima.

Dicho esto, “Un método peligroso” tiene unas pocas perlas salvables, especialmente las que brotan de la boca del personaje de Vincent Cassel, cuya aparición en la historia supone abrir una ventana en esa habitación cerrada y cargada de humo freudiano. La actuación de Fassbender, supongo que por exigencias del guión, es un pelín ridícula, pareciendo en ocasiones más bien un oficinista de banco que un reputado psiquiatra. Todo lo contrario de Mortensen, que hace un muy buen trabajo. Knightley, por su parte, demasiado “desencajada”. Pero no son los actores los máximos responsables del gris resultado de esta historia. El origen está en su guión carente de ambición.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
david
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