Cada tanto, este mundo paralelo que es el cine nos entrega maravillosas y primitivas concepciones que, aún con las pocas herramientas con las que contamos, podemos disfrutar desde lo instintivo.

Beasts of the Southern Wild seguramente será carne de debate, dividirá aguas, y unificará sorpresas. Es que esta normalidad casi matemática, de films estandarizados, de sobreutilización de fórmulas conocidas, se ve de vez en cuando arrollada por una ola perdida que destruye preconceptos y deja todo patas para arriba.

Tal es el caso de esta historia tan fresca y real que da escalofríos; el cine más primario y elemental, con actores que parecen no serlo, que evitan cualquier gesto que denote exageración, con escenarios tan naturales como ausentes, de diálogos humanos, se mixtura con el mejor cine fantástico, mágico y onírico que se pueda obtener hoy día.

Quvenzhané Wallis, la actriz que aún no cumple 10 años, da una clase magistral de actuación, y aún contra mi escepticismo deja bien en claro que no se ha exagerado al nominarla a los Oscars.

Beasts... nos muestra la vida de una pequeña aldea cercana a una ciudad, que suele quedar bajo las aguas cada vez que crece el río. Sus habitantes, aún es las peores condiciones, eligen siempre quedarse en su tierra.

Una niña pequeña aprende a sobrevivir en medio del caos, mientras su mente nos invita a jugar entre realidad y ficción.

Inolvidables imágenes y fotografía, mientras compartimos la visión de nuestro querido y golpeado planeta tierra. Algunos (pocos) puntos en común con El Árbol de la Vida, nos aportan la parte fantástica/onírica.
Y no olvidarse de este director desconocido que en su ópera prima da cátedra de como hacer cine para coleccionar.

Un mensaje hermoso de "todo es posible" acompaña todo el metraje, mientras quedamos hipnotizados con este film que aún pareciendo utópico, merece a todas luces su nominación a los premios Oscars.