Quizás sea el hecho de que las críticas la pintaban como excelente y que ninguna de mis almas gemelas/amigos la hubiera visto lo que me animó a verla, y también quizás, me hizo mantener unas expectativas altas.

Para empezar la película la pintan como una Comedia/drama o comedia dramática, calificándola de "hilarante" o "desternillante". No voy a negar que me he reído, y han sido 2 risillas cómplices y una risotada casi histérica en una escena ya por el final. Son casi tres horas de película, y 3 risas en total no gana el calificativo de hilarante ni desternillante por mi manual, qué demonios, ¡ni siquiera de comedia!.

El personaje principal es demasiado esperpéntico para resultar creíble aunque lo que si consigue es trasladar al espectador la misma inquietud, extrañeza e incomodidad que sienten los personajes con quienes trata. La otra personaje principal resulta fría y anodina. Completamente teledirigida.

La película trata de mostrar un drama construido en la relación padre-hija y subyacente en la situación laboral de la hija. Pero lo hace de una forma velada e intangible. Cuando por fin se arranca a abordarlo de forma directa -apenas en dos ocasiones de menos de un minuto-, lo evade sin dilación y a otra cosa, para continuar hilando esa trama sin trama durante todavía más metraje. Y el hecho es que la película, que es increíblemente larga, y que necesariamente está sobremetraje, consigue hacernos caer en la trampa de pensar que no es así, porque hasta el mismísimo final, estás esperando que por algún lado, el drama, la trama o lo que sea, por fin madure y nos de en la cara. Pero no, simplemente se acaba.

En definitiva, esta película carece de sal y está desencasillada. Es arriesgada, sí, en el sentido de que se vende como una comedia y un drama, y no es ninguna de las dos.