Es alucinante ver como el Raimi éste se monta una peli con un presupuesto que hoy por hoy no daría ni para ir a comer a una cervecera y consigue generar tanto pavor y ansiedad en el espectador. Ésta es una de esas pelis que me vuelve a confirmar que para hacer un buen trabajo lo principal es tener talento y encontrarse en un momento de inspiración. Ni grandes actores, ni grandes presupuestos, ni grandes efectos especiales ni nada. Vista en su momento en VHS pasé uno rato de espanto (vaya finde de agroturismo que se pegaron los chavales), y revisada hoy en día he constatado que efectívamente como dice alguno por ahí el tiempo no pasa en balde, pero he disfrutado de un rato de miedo, de la atmósfera que crea la peli, además de la textura terrosa y de ese aroma inconfundible de la serie B ochentera. Ya les gustaría a muchos directores.