Me gusta esta película, seguramente por lo que cuenta, porque es una historia pocas veces tratada en el cine, el amor homosexual entre pandilleros y camellos, y al fin y al cabo el cine es eso, crear nuevas historias que sorprendan al espectador, algo que se muy poco habitual ya, sobre todo en el cine americano, que si te vas a países como Rumanía o Irán o Polonia nos siguen sorprendiendo con historias fuera de lo común y realidades paralelas que no tienen nada que ver con nuestra acomodada sociedad.
Por eso, a pesar de sus fallos, que los tiene, es una película interesante. No sé si debió ser la ganadora del Globo de Oro a mejor drama, creo que no, pero sí que es cierto que Barry Jenkins compone un drama consistente con buenos actores y que algún premio sí que merece.

Bill de Caledonia