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España España · bilbao
Voto de ernesto:
7
Comedia. Romance. Fantástico Un escritor norteamericano algo bohemio (Owen Wilson) llega con su prometida Inez (Rachel McAdams) y los padres de ésta a París. Mientras vaga por las calles soñando con los felices años 20, cae bajo una especie de hechizo que hace que, a medianoche, en algún lugar del barrio Latino, se vea transportado a otro universo donde va a conocer a personajes que jamás imaginaría iba a conocer... (FILMAFFINITY)
15 de julio de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Medianoche en Paris Woody Allen vuelve a tener una de esas ideas felices que tiene de vez en cuando, una ocurrencia narrativa que pudiera parecer disparatada, y que en pantalla fluye con absoluta naturalidad. Y no solo funciona, sino que además transmite una sensación de buen rollo y de libertad creativa que se gana al espectador pese a que la película no llega al mejor nivel de su director.
La película empieza de la peor manera posible, si no fuera porque quien está detras de esas imágenes es Woody Allen. Solo él se puede permitir comenzar una película como si de un catálogo turístico se tratara. Con esto nos situa en un terreno que no va a abandonar durante toda la historia. El de los clichés, los tópicos y los lugares comunes sobre París y los franceses, los de ahora, y como se verá, también los de antes.
A París llega una pareja de estadounidenses a punto de casarse. Él es un escritor que no pasa por su mejor momento creativo, y ella una pija de primera clase, digna hija de sus padres, que también van en el viaje. Allí se suma al grupo otro matrimonio del mismo estilo, o peor, que hacen que las visitas y excursiones se conviertan en una desagradable tortura para nuestro desgraciado protagonista. Pero, afortunadamente, París es una ciudad llena de encanto y de misterio, y sus noches pueden transformarse en algo especial e inolvidable. Y eso es lo que le pasa a este buen hombre un día que decide dar un paseo nocturno por la ciudad, en lugar de acudir a un local de moda con su novia y compañía. La magia de la medianoche le transporta a un París único, el de los años 20, cuando nombres como los de Dalí, Hemingway, Scott Fitzgerald o Gertrud Stein bebían y hablaban sobre lo humano y lo divino. Es en ese mundo bohemio donde encuentra la inspiración, la ilusión y la fuerza para reconducir su vida, algo en lo que París tendrá mucho que ver.
El protagonista es el típico personaje que el propio Allen hubiera interpretado hace años, y al que el actor Owen Wilson le da todo el encanto que necesita. Y nuevamente es un hombre que vive en la misma duda permanente en la que viven casi todos los protagonistas de Allen. Solo que aquí todos sus dilemas e inquietudes están barnizados con una capa de encanto y humor trasparente que hacen que su estado parezca idílico. No se profundiza en el personaje más allá de la apariencia sencilla y entrañable. E igualmente la historia se queda en la superficie de casi todo, de París como ciudad y de París como estado mental, y sobre todo se queda en la superficie, y el los tópicos, de los ilustres nombres que pueblan las épocas pasadas de París.
De esta forma queda la sensación de que Medianoche en París es una película entre ligera y superficial, pero que nos deja flotando en un estado placentero del que resulta difícil escapar. Pero tal vez esto último tenga que ver con las presencias de Marion Cotillard y Lea Seydoux, quien sabe.
ernesto
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