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España España · bilbao
Voto de ernesto:
7
Aventuras. Drama Adaptación de 'The Long k: The True Story of a Trek to Freedom' de Slavomir Rawicz. El protagonista narra en primera persona cómo, tras la invasión de Polonia por los alemanes, fue arrestado por el ejército soviético y encarcelado en Siberia. En 1940 consiguió escapar del gulag -campos de concentración de la Unión Soviética- en compañía de otros presos y, finalmente, cómo huyendo a pie llegaron desde Siberia al Himalaya, al desierto del ... [+]
27 de febrero de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada nueva película de Peter Weir debería ser recibida como uno de los grandes acontecimientos del año. El señor que ha dirigido Gallipoli, El año que vivimos peligrosamente, Único testigo, El show de Truman, Master & Commander, y para los que fuimos adolescentes en el año 1990, El club de los poetas muertos, no puede pasar desapercibido. Y, en cambio, su última película ha pasado desapercibida. Es cierto que Camino a la libertad carece del toque de genio que Peter Weir puso en las películas que he mencionado antes, pero contiene mucho más cine que la mayoría de tonterías que llegan a las salas cada fin de semana.
Camino a la libertad cuenta una de esas historias más grande que la propia vida. La huida de un grupo de prisioneros de un gulag soviético tras la Segunda Guerra Mundial, y su posterior viaje desafiando a la naturaleza desde Siberia hasta la India cruzando el desierto del Gobi y el Himalaya.
La aventura comienza en el gélido invierno siberiano, donde un grupo de presos que viven en condiciones infrahumanas en un campo de concentración soviético prepara un plan para huir. Es aquí donde conocemos a los personajes y donde mayor posibilidad de desarrollo tienen. Las diferentes personalidades que conforman el grupo quedan bastante definidas, y además Peter Weir retrata de forma cruda y creíble la lamentable situación en la que viven los personajes.
A partir de la huida de la prisión son la naturaleza, el clima y los grandes paisajes los que se apoderan de la función. La nieve en tierras siberianas, el calor y la arena en el Gobi y las grandes cumbres del Himalaya, además de la falta de comida y el temor de sentirse perseguidos, se vuelven protagonistas de una historia, en la que los verdaderos protagonistas no terminan de encontrar su lugar. Los personajes se dejan engullir por el entorno y al final uno no siente sus penurias como propias. Salvo los rostros conocidos, me resulta difícil diferenciar a los personajes, y es que no llegan a calar en el espectador. Y los que lo hacen, lo consiguen más por la solvencia de sus intérpretes que por la fuerza que transmiten. Están bastante desaprovechados en ese sentido los que interpretan Ed Harris y Saoirse Ronan. Solo el personaje de Colin Farrell consigue hacerse su hueco en la narración.
En cualquier caso Peter Weir es un maestro de la puesta en escena, y la película deslumbra en casi todas sus imágenes. Lo malo es que funcionan mejor como un gran documental sobre el continente asiático (lo que está muy bien), que como un viaje interior y de superación de los personajes.
Obviamente estas son pegas que se le pueden poner a una película de la que cabía esperar lo mejor, pero que no empañan el buen resultado final.
ernesto
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