Al filo del mañana es la segunda película futurista de acción que se marca Tom Cruise en el plazo de un año. Y es que parece que Cruise ha decidido consagrar su carrera al cine de entretenimiento, lejos de las cintas mucho más ambiciosas (no siempre mejores) que hizo en su gloriosa década de los noventa y los primeros años del nuevo siglo.
Esta vez, en colaboración con el director Doug Liman, Cruise ha conseguido su película más lograda en años. Desde Collateral, su último gran trabajo, solo destacaría la espectacularidad de las entregas de Misión imposible, y su breve, pero brillante, aparición en Tropic Thunder. Es por eso que, sin ser en absoluto excepcional, Al filo del mañana no tiene problema en ocupar un lugar destacado en la carrera del actor. Y ya que lo he mencionado antes, lo mismo se puede aplicar al director, ya que su carrera no ha sido lo que sus comienzos independientes prometían. Pese a encaminar muy bien su salto al cine de gran presupuesto con El caso Bourne, después no ha realizado nada reseñable a excepción de Sr. y Sra. Smith, película que funcionaba, sobre todo, por una química brutal entre sus protagonistas.
Con Al filo del mañana Liman y Cruise se embarcan en un clásico blockbuster veraniego, digamos que de segunda división. Digo esto ya que sus expectativas comerciales e incluso artísticas no eran las de X-Men: Días del futuro pasado, El amanecer del planeta de los simios, Godzilla o Guardianes de la Galaxia, estos si, la primera división de este verano.
Con un guion que toma prestados elementos de otras muchas películas (inevitable la referencia a Atrapado en el tiempo) combinándolas de forma más hábil que original, Al filo del mañana parte con ventaja respecto a otras películas del mismo corte ya que desde base, que es un buen guion, trata al espectador como un ser moderadamente inteligente mediante un juego narrativo que, aunque ya conocido, consigue mantener el interés y la tensión de un relato puramente lúdico, en el que se deja entrever un simpático aroma a antigua serie B.
Volvemos a estar en un futuro aterrador en el que la Tierra ha sido invadida por unos extraños seres que aparecen donde menos te lo esperas. Por diversas circunstancias un militar (Cruise) que nunca ha salido de los despachos es castigado a entrar en combate en un decisiva batalla. El comandante muere, pero por una curiosa pirueta de guion vuelve a resucitar siempre en el mismo momento y con la experiencia vivida intacta en su memoria. Su objetivo será ir avanzando en esa batalla gracias a esos recuerdos que le permiten sortear la muerte cada vez un poco más tarde. Su colaboración con una guerrera de raza (Emily Blunt) será decisiva a la hora de intentar ganar la crucial batalla.
La argucia narrativa de revivir el mismo día, la misma batalla o lo que sea que se reviva, varias veces a lo largo de una película puede acabar resultando algo monótono en un relato si esto no se hace con buenas dosis de ingenio. Desde la comedia, la ya clásica, Atrapado en el tiempo consiguió convertirse en un referente. Ahora, con la vista puesta en la acción, pero sin dejar de jugar con la comedia, Al filo del mañana lo hace también con mucha habilidad aunque en este caso el efecto suene a ya visto.
Por lo demás, y lejos de los espectaculares alardes de gran presupuesto que hacen las películas antes mencionadas, Al filo del mañana resulta un vistoso y entretenido espectáculo de acción, muy consciente de cuales son sus limitaciones, de las que saca partido para dar a sus imágenes una gracia especial.
Tom Cruise no se si sigue manteniendo el carisma que hizo de él una gran estrella, pero los años le siguen respetando como para que funcione perfectamente como héroe de acción. Entre tanto Emily Blunt, que ha demostrado estar dotada para el drama y, sobre todo, para la comedia, también está a la altura repartiendo estopa entre los extraterrestres.