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España España · bilbao
Voto de ernesto:
7
Romance. Drama De repente, Alí tiene que hacerse cargo de su hijo Sam, un niño de cinco años al que apenas conoce. Como no tiene casa, ni dinero, ni amigos, se refugia en Antibes, en casa de su hermana, que los acoge cariñosamente. Tras conseguir trabajo como portero en una discoteca, Alí conoce a Stéphanie, una domadora de orcas en el acuario Marineland. (FILMAFFINITY)
10 de enero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La carrera de Jaques Audiard dio un salto de gigante en 2009 con la exelente película Un Profeta. Antes había dirigido tres películas en diez años (desconozco su ópera prima Mira a los hombres caer) y lo había hecho con estilo y más que probado talento, pero con Un profeta supero con creces todas las expectativas puestas en él como director. Por eso el estreno en el pasado festival de Cannes de su última obra, De óxido y hueso, era esperado con auténtica ilusión. El resultado no está a la altura de Un Profeta, pero sí mantiene el buen nivel de sus anteriores películas.
Si en algo destaca Jaques Audiard como director es en el indudable magnetismo que poseen sus películas. Independientemente del interés o la solidez de las historias que cuenta, sus películas siempre tiene un empaque proveniente de sus imágenes, de su puesta en escena, que las hace definitivamente atractivas. Y en el caso de su última película es esa su mayor virtud. Virtud que además consigue enmascarar la debilidad de una historia que seguramente sea mucho más convencional de lo que aparenta.
La película comienza con Ali, un hombre joven que tras hacerse cargo de su hijo de cinco años se traslada a vivir a casa de su hermana en un pueblo costero del sur de Francia. Sin grandes perspectivas de futuro, su imponente físico le hace idóneo para trabajos de portero de discoteca y vigilante. Además siempre se puede sacar un dinero extra en peleas clandetinas. Un día, mientras trabaja en una discoteca, conoce a una mujer que es la causante de una pelea dentro del local. Así conocemos a Stephanie, atractiva, pero comprometida y de carácter difícil, la relación entre los dos no pasa de un simple intercambio de teléfonos. Ali cada vez está mas perdido en la vida, mientras que la de Stephanie sufre un dramático vuelco. Será tras este brutal acontecimiento cuando retomen el contacto y empiece así la relación que les sacará del pozo, o que acabará con ellos definitivamente en el fondo del mismo.
En el fondo De óxido y hueso no es mas que la típica historia de chico con problemas conoce a chica con problemas y entre los dos intentaran salir de esos problemas. Obviamente, como he dicho antes, Jaques Audiard es mucho director como para dejar que la película quede reducida a la nimiedad de este planteamiento. La película desprende energía en cada uno de sus fotogramas, y eso se contagia a una historia, que pese al desarrollo plagado de convenciones (vease el giro final), sabe mantener la tensión por los acontecimientos en el espectador.
Obviamente sin la labor de su director De óxido y hueso no sería lo mismo, pero igual de importante resulta la presencia magnética de sus dos protagonistas. La siempre fascinante Marion Cotillard consigue combinar vulnerabilidad y dureza en un personaje que tanto en lo físico como en lo emocional supone un verdadero reto para cualquier actor. Ella lo supera con nota, y es que desde que se diera a conocer internacionalmente con La vida en rosa, Marion Cotillard no para de crecer como actriz. Junto a ella el desconocido Mathias Schoenaerts envuelve de humanidad a un personaje que aparentemente es todo lo contrario. Juntos componen un duo que se impone con creces a las posibles flaquezas y convenciones de la historia que cuenta De óxido y hueso.
ernesto
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