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España España · bilbao
Voto de ernesto:
7
Bélico. Drama Año 1937. Guerra chino-japonesa. En su avance por territorio chino, las tropas niponas llegan hasta Nanking, la capital, donde cometen toda clase de atrocidades. La historia sigue el destino de varios personajes, unos ficticios y otros reales. (FILMAFFINITY)
12 de noviembre de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el momento en que City of life and death se vio por primera vez en el Festival de San Sebastian no había ninguna duda de que acabaría llevándose algún premio importante. Al final fue la Concha de Oro. La misma Concha que debería haber sido para El secreto de sus ojos, pero esa es otra historia. La cosa es que la impresionante recreación de la matanza que los japoneses llevaron a cabo en la ciudad china de Nanking dejo un sabor de boca tan amargo como cinematográficamente deslumbrante. Y aunque la película es sobresaliente en muchos aspectos en otros queda un tanto diluida entre tanta ambición.
Tras la toma de la ciudad de Naking en diciembre de 1937, los japoneses perpetraron allí una de las más sangrientas masacres del siglo XX, violando, torturando y matando gente sin ningún tipo de contemplación. La película comienza precisamente con la llegada del ejército japonés a la ciudad. Es una primera parte absolutamente sobrecogedora, rodada de forma descarnada pero con una maestría digna de los mejores directores. En un blanco y negro deslumbrante la película te engancha por el cuello y te atrapa hasta casi cortarte la respiración, pero sin permitir que en ningún momento retires la vista de lo que pasa en la pantalla. En todo este comienzo la película no sigue a ningún personaje en particular. Solo un soldado chino parece que tiene algo de protagonismo. Por un momento parece que vamos a seguir la historia a través de sus vivencias. Pero no. A partir de ese momento comienza el interminable rosario de atrocidades que se llevaron a cabo en Nanking y que la película nos muestra de forma detallada. Es una segunda parte tan estremecedora como agotadora, ya que no concede ni un respiro al espectador. Para entonces el protagonismo se ha dispersado entre varios personajes sin que ninguno de ellos adquiera le fuerza suficiente para conseguir imponerse a la abrumadora historia.
La película resulta técnicamente irreprochable. Consigue situarte en medio de la barbarie con una reconstrucción sencillamente portentosa. Lo que no consigue es emocionar, llegar al corazón del espectador. Lo que se ve en pantalla resulta doloroso, pero son necesarias las historias personales para que reflejen todo ese sufrimiento. Y en City of life and death esas historias personales quedan muy minimizadas dentro del drama general. Y la única que se impone dentro del conjunto, que es la del soldado japonés incapaz de reaccionar ante la salvajada que están cometiendo acaba resultando un tanto obvia y previsible. Y aunque el final de la película se ve venir a lo lejos, por lo menos permite que los espectadores salgamos del cine con una cierta sensación de esperanza. Una sensación totalmente ficticia después de las dos horas previas pero que por lo menos sirve para relajar un poco el ambiente.
ernesto
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