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España España · bilbao
Voto de ernesto:
4
Fantástico. Aventuras Con una extraordinaria habilidad para guiar la imaginación de los demás, el Doctor Parnassus oculta un oscuro secreto. Siglos atrás hizo un trato con el Diablo para ganar inmortalidad, a cambio de entregarle a cualquier hijo que tuviese al cumplir los 16 años. Ahora, deambulando con su humilde teatro ambulante y con una hija a punto de llegar a esa edad, Parnassus está decidido a cambiar el trato.(FILMAFFINITY)
26 de diciembre de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De El imaginario del Doctor Parnassus se ha hablado mucho antes de su estreno, no por ser la nueva película de Terry Gilliam, sino por se la última interpretación de Heath Ledger antes de morir, justo en el momento en que se estaba confirmando como uno de los grandes interpretes de su generación. Pero pese a este desgraciado hecho, El imaginario del Doctor Parnassus no deja de ser una película cien por cien Gilliam. No sería difícil adivinar el nombre de su director si uno viera la película sin ninguna información sobre la identidad de su autor, ya que aquí están, las que son para bien, y, sobre todo en este caso, para mal, todas las características esenciales de su cine.
La historia de El imaginario del doctor Parnassus es otro de esos juegos rocambolescos, que tan bien le vienen a Terry Gilliam para descolgarse con una fantasía visual tan desbordante y abrumadora como solo él es capaz de ofrecer.
El milenario Doctor Parnassus es el propietario de un circo ambulante tan destartalado como lleno de sorpresas. Un espejo situado en el escenario traslada a aquellos incautos que se dejan llevar, al centro mismo de su imaginación. Tras un pacto con el mismísimo Diablo el Doctor Parnassus ve como su deslumbrante hija está en peligro. Los complejos mundos imaginarios de un desconocido que se suma a la compañía teatral serán la clave para ganar esa apuesta y recobrar la libertad de su hija.
Esta breve sinopsis aclaratoria (que he intentado escribir de la forma más simple posible, y con la ayuda de personas que han entendido mejor que yo de lo que trataba la historia), se ve superada en la película por esa tendencia al exceso a cualquier precio, a la que nos tiene acostumbrados Terry Gilliam.
Si ya la historia en sí acaba resultando incompresible y cansina, la agotadora imaginación del director no hace sino aturdir al espectador con secuencias que, si bien vistas de forma independiente resultan en algún caso preciosas, no consiguen funcionar como un conjunto, dentro de una película que parece la suma de muchas otras.
La decisión de sustituir al fallecido Ledger por tres actores diferentes resulta tan acertada, dadas las características de la historia, como en el fondo carente de importancia ya que llegados a ese punto nada de lo que sucede en la pantalla tiene el más mínimo interés.
Es además una pena que, pese a contar con un reparto masculino de excepción que cumple de forma notable con su trabajo, los personajes sean tan densos como absurdos en casi todos los casos.
Reconozco que Terry Gilliam no está entre mis directores favoritos, y sus películas en general me dejan más indiferente de lo que pretenden, pero hay ocasiones en las que, cuando tiene una buena historia entre manos, sale más que airoso. Desgraciadamente este no es el caso.
ernesto
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