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España España · bilbao
Voto de ernesto:
5
Drama Carlos es el sastre más prestigioso de Granada. Un hombre respetable. Sus pasiones son el trabajo y sobre todo la comida, pero no come cualquier cosa: se alimenta de mujeres desconocidas, con las que no tiene ningún vínculo emocional. Esa situación cambia el día en que conoce a Nina, una joven rumana que busca desesperadamente a su hermana gemela, que ha desaparecido hace unos días. (FILMAFFINITY)
17 de octubre de 2013
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un año en el que el cine español no estaba deparando ninguna película notable, el estreno de Caníbal en el Festival de San Sebastian se esperaba con gran expectación, ya que apuntaba a ser uno de los estrenos más potentes de este otoño, y su presentación previa en Toronto había servido como suculento aperitivo. La acogida, aun siendo buena, no fue todo lo entusiasta que se esperaba, y tras su estreno en cines, las bajas recaudaciones han desinflado bastante el interés inicial. Una vez vista, tengo que reconocer que la decepción ha sido notable, y que no comparto en absoluto los elogios (moderados) con que la ha recibido la crítica. Y es que Caníbal es una película lineal, monótona, distante y fría, que apenas conecta con el espectador.
La carrera del director Manuel Martin Cuenca como director de largometrajes de ficción comenzó con la estupenda La flaqueza del bolchevique, que contaba la historia de una relación inusual, con sencillez y calor humano, y descubría al mundo la enorme delicadeza de María Valverde. No he tenido ocasión de ver sus dos siguientes películas, Malas Temporadas y La mitad de Oscar, así que llego a Canibal con los únicos antecedentes de su ya lejana primera película.
Caníbal es, sencillamente, la historia de un caníbal, un caníbal cercano que nada tiene que ver con la imagen que de los caníbales se ha dado en el cine en infinidad de ocasiones. Carlos vive en Granada y es un sastre bastante respetado en la ciudad. Lleva una vida pulcra y solitaria. Además de vez en cuando mata a una mujer para luego descuartizarla y comérsela. Suena brutal y lo es, pero la película lo muestra de forma completamente aséptica. La cosa cambia el día que Carlos entabla relación con una vecina, una inmigrante rumana, hermana de una de sus víctimas, para más señas. En ese momento Caníbal presenta el que será el principal conflicto de la historia. Se trata de ver si la fuerza del amor será mayor que la atracción por la carne (cocinada, se entiende).
Manuel Martin Cuenca demuestra en Caníbal ser un director cuidadoso y estilizado, y es su labor detrás de la cámara lo que mejor funciona en esta película. La potencia de algunas imágenes poderosas y de algunas secuencias aisladas aportan un empaque a la película que, en cambio, el desarrollo mortecino del relato no es capaz de aprovechar. Nada sabemos del protagonista, ni de donde viene, ni siquiera a donde llega al final de la historia. El sastre caníbal que interpreta Antonio de la Torre es como un autómata que se mueve por la pantalla sin llegar a transmitir ningún tipo de sensación. Esto provoca que la película entera, incluso en sus contados momentos de impacto (bien resueltos por otra parte), sea un constante anticlímax, que solo consigue provocar indiferencia y, por qué no, aburrimiento. No ayuda a dar interés al relato la subtrama del manto de la cofradía, que a buen seguro quiere aportar algo, pero que resulta tan hermética como el resto de la historia.
Una de las bazas seguras con las que contaba Caníbal era la interpretación de a menudo histriónico, pero siempre excelente, Antonio de la Torre. Tal vez sea yo el que no ha entendido el personaje, pero yo no veo en su trabajo introspección ni nada se eso que se dice, solo autismo interpretativo. Algo más de interés tiene la presencia de la desconocida Olimpia Melinte, que es lo único en toda la película que consigue llegar, con sus dudas y miedos, al espectador.
Parece ser que Caníbal está destinada a convertirse en uno de los títulos clave del cine español de este año. Y eso no me parece buena señal en absoluto.
ernesto
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