Tenía pendiente escribir sobre Blue Jasmine desde que la vi en el cine en el momento de su estreno. Aprovechando que la he vuelto a ver, ahora sí, en versión original, es una buena ocasión para volver a escribir sobre Woody Allen, algo que llevo haciendo aquí puntualmente, cada año, desde el estreno de Match Point. Además he escrito sobre varios clásicos (cual no lo es!) anteriores, con lo que Woody Allen seguramente sea el director del que más críticas tengo publicadas en esta página.
Blue Jasmine tenía ya varios puntos a su favor antes de su estreno. Y es que Woody Allen volvía a su entorno natural, Nueva York, en esta ocasión perfectamente combinado con San Francisco, y además la película llegaba justo después de A Roma con amor, y en las comparaciones iba a salir, casi con toda seguridad, ganando. Que la protagonista de la película fuera Cate Blanchett también era algo favorable. Tras el estreno se comprobaría que este último factor acabó siendo el principal en el éxito de la película.
Es gracioso como cuando en esta misma página se trata de especificar el género al que pertenece esta película se dice que es a la vez un drama, una comedia y una comedia dramática. Y si esto puede ser aplicable a muchas de las películas dirigidas por Woody Allen, en pocas como en esta resulta tan acertado.
La historia que cuenta la película, más cercana a la actualidad que nunca, es la de Jasmine, una mujer de la alta sociedad neoyorkina, que tras el encarcelamiento por estafa, y posterior suicidio, de su marido, se encuentra en la ruina más absoluta y no le queda más remedio que irse a vivir a casa de su hermana a San Francisco. Jasmine sufre episodios de un importante desequilibrio mental que es incapaz de controlar. Esto, sumado al choque que supone su nueva vida, hace que la vida de Jasmine sea una montaña rusa de sensaciones absolutamente imprevisible.
El guion de Woody Allen juega con esos saltos en el tiempo tan habituales en su cine, contrastando la vida antigua y actual de Jasmine, y lo hace recuperando el ingenio de las mejores ocasiones, y sobre todo lo hace combinando a la perfección las situaciones de pura comedia alleniana con un trasfondo dramático puesto en evidencia por el patetismo del personaje protagonista.
El problema es que este mecanismo, que aquí vuelve a lucir de manera notable, ya lo ha hecho de manera superior, más novedosa y más sorprendente en ocasiones anteriores. Pocas pegas más se le pueden poner a la película salvo esta, y es que a Woody Allen ya solo le juzgamos en relación a sí mismo, y conociendo el nivel de sus películas de los ochenta y noventa, cualquier cosa nos parecerá ya vista. Lo que, por otra parte no deja de ser tremendamente injusto.
En cualquier caso, si por algo destaca Blue Jasmine sobre todas las películas que ha dirigido Allen en los últimos ¿25? años, es por el soberbio personaje femenino que ha escrito en esta ocasión. El retrato de esta Jasmine es tan complejo y potente, que prácticamente desde la Gena Rowlands de Otra Mujer no había hecho nada igual (que me perdone Alice) con un personaje protagonista. Esto se ve redondeado por la genial interpretación que Cate Blanchett hace de Jasmine. Ella se adueña del personaje, y por extensión también de la película, haciendo que todos esos lugares comunes que pueblan el guion de Allen, parezcan inesperadamente nuevos.
Lo bueno es que no por ello Allen descuida el resto de personajes que pueblan su película extrayendo oro puro de algunos secundarios como los que interpretan Sally Hawkins y Bobby Cannavale.
Y si alguna duda nos quedaba sobre si la película era, en el fondo, también un dramón importante, nada como su descorazonadora escena final para demostrarlo.

PD: Le he puesto un 7 que podría ser un 7.5.