Yo veo dos partes claramente diferenciadas en esta película. La que afecta a la pareja protagonista que es bastante buena, y la que muestra toda la fauna humana que rodea al personaje del fotógrafo, que es bastante peor.
Cada vez que los protagonistas están solos, hablan y vemos su relación la película crece, es sincera y te la crees. Los entiendes y se hacen querer. Los diálogos y las situaciones son creíbles y cercanos. Alejo Sauras consigue alejarse de su imagen televisiva, y Pilar López de Ayala sencillamente enamora a la cámara y al espectador.
Pero cada vez que aparece cualquiera de los otros personajes (madre, compañeros de trabajo, karatekas etc) la historia pierde puntos de forma exagerada. Personajes esquemáticos, repletos de tópicos, diciendo diálogos imposibles de puro infantil. Solo Juan Echanove consigue superar un poco este nivel aportando un poco de verdad a su personaje.
En definitiva, David Trueba es un tío listo (o listillo) simpático pero bastante irregular, siendo capaz de hacer cosas muy buenas y otras bastante más olvidables, y esta película es un claro ejemplo de ello.