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Voto de Barfly:
7
7,0
976
Comedia. Drama. Fantástico
La castidad de Britt-Marie, hija de un pastor protestante, le provoca a Satán una verruga en un párpado. Para deshacerse de ella, manda a la Tierra a don Juan para que seduzca a Britt-Marie. (FILMAFFINITY)
16 de diciembre de 2009
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corrosiva e infravaloradísima película del hombre verga.
Recientemente, el fan de My Morning Jacket la despachó con la más absoluta de las tibiezas, Dry Martini la ensalzó, y yo desde luego que me alineó con el paisano de Juradito.
Aquí, y a diferencia de otras propuestas más solemnes y descarnadas, el hombre verga reviste de cinismo y humor, de aparente ligereza, su nuevo ejercicio de espeleología emocional, su enésima zambullida a los entresijos de las relaciones humanas.
A diferencia de en El Rostro, fallido experimento humorístico, aquí el hombre verga sale airoso, desde luego no apabulla como en sus grandes hazañas, pero provoca sonrisas oblicuas, humor doliente, y yo particularmente recibí de buen grado sus bocanadas crueles, su perversa mirada a las alcobas, a las faldas y a las pantuflas.
Y no se le olvida martillear conciencias, faltaría más, con una lindeza para el recuerdo, en boca de uno de sus personajes: "Qué sería del infierno sin el matrimonio".
Eres glande, hombre verga.
Recientemente, el fan de My Morning Jacket la despachó con la más absoluta de las tibiezas, Dry Martini la ensalzó, y yo desde luego que me alineó con el paisano de Juradito.
Aquí, y a diferencia de otras propuestas más solemnes y descarnadas, el hombre verga reviste de cinismo y humor, de aparente ligereza, su nuevo ejercicio de espeleología emocional, su enésima zambullida a los entresijos de las relaciones humanas.
A diferencia de en El Rostro, fallido experimento humorístico, aquí el hombre verga sale airoso, desde luego no apabulla como en sus grandes hazañas, pero provoca sonrisas oblicuas, humor doliente, y yo particularmente recibí de buen grado sus bocanadas crueles, su perversa mirada a las alcobas, a las faldas y a las pantuflas.
Y no se le olvida martillear conciencias, faltaría más, con una lindeza para el recuerdo, en boca de uno de sus personajes: "Qué sería del infierno sin el matrimonio".
Eres glande, hombre verga.