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Voto de CeLSuM:
7
Cine negro. Thriller España, a comienzos de los años 80. Dos policías, ideológicamente opuestos, son enviados desde Madrid a un remoto pueblo del sur, situado en las marismas del Guadalquivir, para investigar la desaparición de dos chicas adolescentes. En una comunidad anclada en el pasado, tendrán que enfrentarse no sólo a un cruel asesino, sino también a sus propios fantasmas. (FILMAFFINITY)
9 de octubre de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película arranca en sus créditos iniciales con unas imágenes soberbias (parecen sacadas de National Geographic) en las cuales podemos ver, gracias a las cámaras de los drones, unos planos cenitales de las marismas del Guadalquivir que harán las delicias de los amantes de la fotografía.

El ritmo que imprime Alberto Rodríguez es asfixiante y deja muestras de sus buenas formas en la dirección con algunas escenas de acción muy buenas. Destacaremos sobre todo, la excelente persecución de coches por las marismas de noche y el tiroteo final en los campos bajo la lluvia son dos escenas de lo mejor que he visto en el cine de acción español de los últimos años.

La interpretación de los policías corre a cargo de Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez, Pedro y Juan respectivamente. La sorpresa interpretativa nos la llevamos con Javier Gutiérrez interpretando a un policía rudo que nos puede recordar a Santos Trinidad de José Coronado en No habrá paz para los malvados (no sólo porque se beba los cubatas igual). De esta manera Javier Gutiérrez se sale de lo habitual a lo que nos tiene acostumbrado, en papeles cómicos que suele resolver con solvencia en algunas películas de dudosa calidad, o del personaje Sátur de Águila Roja demostrando que es un gran actor. Respecto a Raúl Arévalo interpreta su personaje menos suelto e intenta solucionarlo todo permaneciendo en pose hierática toda la película. Al igual que Javier Gutiérrez si me transmite mucho como actor y consigue que crea en su personaje y por momentos le tema o me pregunte que esconde, con el personaje de Raúl Arévalo no puedo decir lo mismo, me quedo más frío.

La madre de las niñas, Rocío, interpretada por la hermosa Nerea Barros nos deja indiferentes pese a intentar transmitir sus penas con la mirada. Antonio de la Torre aunque interpreta un papel de menor duración a los que nos tiene acostumbrados el actor demuestra que tiene magnetismo con la pantalla y soluciona su papel de padre atormentado de una manera muy eficaz. Jesús Castro el protagonista de El niño realiza el papel de Quini, el guapo del pueblo, en un personaje que no nos transmite nada. Todo lo contrario ocurre con Salva Reina que interpreta a Jesús de una manera fresca y divertida, queda en nuestro recuerdo el momento “caldereta de bambi”.

Personalmente no veo muchas similitudes entre los personajes interpretados por Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo con los encarnados por Woody Harrelson y Matthew McConaughey. Si es cierto que el río Guadalquivir de La isla mínima se presenta tan tenebroso como los pantanos de Luisiana. Pese a las inevitables comparaciones con True Detective el director ha dejado claro en rueda de prensa que la película se rodó antes de que se estrenará el thriller de HBO.

El guión es de Rafael Cobos y Alberto Rodríguez con el que ha coescrito también 7 Virgenes, After y Grupo 7. Un problema que encontré son los numerosos agujeros en el guión. Hay varias subtramas que no se cierran, otras que no aportan y parecen innecesarias, pero lo que hace más daño a la película es el final. Un final que deja dudas, no hablo de que esté dejando un final abierto sino más bien no definido claramente que puede confundir al espectador. Algunos pensarán que está hecho así para que se pueda debatir o este abierto a la interpretación, yo pienso que más bien parece precipitado.

La situación planteada puede recordar a algunos los crímenes de las niñas de Alcásser por ciertos paralelismos. Pero Alberto Rodríguez ahonda y nos plantea una visión creíble de lo que pueden querer unas chicas aburridas y hastíadas en un pueblo en el que apenas hay nada que hacer. Esos sentimientos pueden ser perfectamente aprovechables para poder desencadenar ciertas situaciones que aunque puedan parecer inverosímiles son más comunes de lo que parece.

La película se alzó con la Concha de Plata al mejor Actor para Javier Gutiérrez y el premio a la Mejor Fotografía para Alex Catalán en el reciente Festival de San Sebastián. Desde luego estoy bastante de acuerdo con sendos premios. La recomiendo ya que es una buena película que se debe ver no sólo para saber las diferencias entre un Citroen 2 CV y un Dyane 6 sino porque en ningún momento mire el reloj durante su poco más de hora y media de duración, se me hizo muy entretenida y tiene unos elementos de una calidad muy superior al cine que acostumbra este país.

http://www.zinefilos.com/estrenos/critica-la-isla-minima
CeLSuM
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