Media votos
6,5
Votos
5.704
Críticas
5.202
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
10
7,6
4.179
Drama. Infantil
Un niño solitario encuentra un globo rojo... ¿o quizá es al revés? Y ambos, el niño y el globo mágico, vagan por las calles de París. Allí donde va el chico, el globo no anda detrás. Y cuando el pequeño se mete en problemas, el globo acude al rescate... Un poético mediometraje (protagonizado por el propio hijo del director; un crío de 4 años de edad), sin apenas diálogos, que fue inesperadamente galardonado con el Oscar al mejor guión original. (FILMAFFINITY) [+]
11 de enero de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
09/09(10/01/22) Fascinante Obra Maestra gala creada por el cineasta (produce, guioniza y dirige) Albert Lamorisse en formato mediometraje (34 minutos), todo un canto delicioso a la infancia, a su capacidad de soñar. Cuenta casi en modo silente (recordándome al estilo de otro gran cineasta francés como es Jacques Tati)las aventuras de un niño parisino (al que nunca oímos hablar) con un globo rojo que encuentra por la calle en el barrio del barrio de Ménilmontant, y que parece tener vida propia (hasta sentimientos de amor puede albergar, ejemplo cuando se cruza con un globo Azul que lleva una niña y se queda prendado de este [sin género]), tanta que traba amistad disfuncional con el niño (entrañable como busca por la calle protegerse de la lluvia con los paraguas de la gente, pero para los dos [él y el Globo Rojo], los dos jugaran, pero el globo sufre la marginación social (no le dejan subir al tranvía, lo echa la madre de la casa, lo echan del colegio, y hasta de la Iglesia), y también le granjea envidias-encono de los demás niños que (en el rush final) lo persiguen al globo para destruirlo, ello mientras el chico intenta impedirlo. El film ganó numerosos (merecidos) premios, entre ellos el Oscar a mejor guion original (único en la historia no largometraje en conseguirlo) y la Palma de oro a mejor cortometraje (categoría en la que participó, por no existir la de mediometraje) en el festival de Cannes. Lamorisse hizo participar a sus propios hijos en la producción, su hijo, Pascal Lamorisse, interpreta al personaje principal, un niño llamado de igual manera, mientras que su hija Sabine, tiene una escena donde hace el papel de una niña que en determinado momento se cruza con Pascal, pero esta lleva un globo azul en vez de rojo.
Un metraje cargado de una sencillez y calidez formidable, y demuestra aquello de como con tan poco se puede conseguir tantísimo, hablándonos de la amistad verdadera, de la lealtad, del poder de la imaginación, contra los prejuicios y el miedo a lo desconocido (xenofobia?). Dejando todo un reguero de subtexto que múltiples exégetas han querido desentrañar, sobre todo por su final (spoiler), lo cual demuestra lo vivo e intemporal que es el film. Ello adornado por una capacidad visual sensacional, en medio de un París gris por todos lados (rodado en la pintoresca zona de Belleville antes de su demolición en la década de 1960), sus paredes, sus calles, los edificios, la ropa del niños, todo transpira gelidez ambiental, ello en contraste con la luz radiante cromática de ese Globo Rojo que parece un rayo de vida que entra por la pantalla. Toda esta capacidad estética viene por la miscelánea entre la gran cinematografía de Edmund Sechan y los espléndidos efectos visuales (que hacen virguerías con el globo, eso en una época donde los CGI ni estaban, ni se le esperaban), añadiéndose a sumar la encantadora música de Maurice Leroux. La magia del cine inundando a niños y adultos, narración que conmueve por como empatizamos con ese jovencito y hasta con el Globo Rojo.
Es la fuerza de la capacidad visual en plena era del sonido, se puede narrar una historia entrañable sin perder comba y consiguiendo atrapar al espectador en la odisea de este chaval, un discurrir con gran capacidad líricas en sus secuencias. Ello en un crescendo dramático maravillosamente llevado, hasta desembocar en un clímax con rasgos de peli de terror, pero que el director sabe dar un giro con sub lecturas mil, en un epílogo cargado de una poesía epicúrea en su tributo a la esperanza.
Un metraje cargado de una sencillez y calidez formidable, y demuestra aquello de como con tan poco se puede conseguir tantísimo, hablándonos de la amistad verdadera, de la lealtad, del poder de la imaginación, contra los prejuicios y el miedo a lo desconocido (xenofobia?). Dejando todo un reguero de subtexto que múltiples exégetas han querido desentrañar, sobre todo por su final (spoiler), lo cual demuestra lo vivo e intemporal que es el film. Ello adornado por una capacidad visual sensacional, en medio de un París gris por todos lados (rodado en la pintoresca zona de Belleville antes de su demolición en la década de 1960), sus paredes, sus calles, los edificios, la ropa del niños, todo transpira gelidez ambiental, ello en contraste con la luz radiante cromática de ese Globo Rojo que parece un rayo de vida que entra por la pantalla. Toda esta capacidad estética viene por la miscelánea entre la gran cinematografía de Edmund Sechan y los espléndidos efectos visuales (que hacen virguerías con el globo, eso en una época donde los CGI ni estaban, ni se le esperaban), añadiéndose a sumar la encantadora música de Maurice Leroux. La magia del cine inundando a niños y adultos, narración que conmueve por como empatizamos con ese jovencito y hasta con el Globo Rojo.
Es la fuerza de la capacidad visual en plena era del sonido, se puede narrar una historia entrañable sin perder comba y consiguiendo atrapar al espectador en la odisea de este chaval, un discurrir con gran capacidad líricas en sus secuencias. Ello en un crescendo dramático maravillosamente llevado, hasta desembocar en un clímax con rasgos de peli de terror, pero que el director sabe dar un giro con sub lecturas mil, en un epílogo cargado de una poesía epicúrea en su tributo a la esperanza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
En el clímax los niños acorralan al Globo Rojo en una secuencia de resonancias entre bélicas y terror, ello ante la impotencia del protagonista que no ha podido, pese a sus intentos, impedirlo, hasta que uno de los ‘salvajes’ lo explota contra el suelo de un pisotón, haciendo estremecer al espectador de congoja ante la crueldad. Pero entonces (sin que veamos la reacción de Pascal), comenzamos a ver a decenas de globos (de diferentes colores) por toda la ciudad, elevarse a los cielos de París, todos se reúnen en bandada surcando la ciudad, hasta llegar a donde está pascal con el Globo Rojo. Allí los globos se arremolinan alrededor del niño, este agarra los hilos de los globos, y estos hacen que Pascal se eleve con ellos por la Ciudad de la Luz, perdiéndose en el horizonte. Esto es de una beldad trémula; A esto se le ha querido dar muchos simbolismos, desde resonancias espirituales sobre como el ‘alma’ del Globo se ha transferido a los otros, sobre la reencarnación, de como el ‘alma’ del Globo Rojo viaja al Más Allá, o incluso connotaciones políticas sobre como el Globo Rojo es de ese color por ser representante del comunismo y aunque quieran no pueden acabar con él, o puede ser simplemente la imaginación del niño queriendo huir de un mundo cainita.
La película sirve como un registro en color del área de Belleville de París, que se había deteriorado en la década de 1960, lo que llevó al gobierno parisino a demolerlo como un esfuerzo por limpiar los barrios marginales. Parte del sitio se construyó con proyectos de vivienda; el resto se dejó como terreno baldío durante 20 años. Parte de lo que se ve en la película ya no existe: una de las panaderías, la escuela, la famosa escalera en forma situada más allá del igualmente famoso café "Au Repos de la Montagne", los empinados escalones del pasaje Julien Lacroix donde Pascal encuentra el globo y el solar baldío donde tienen lugar todas las batallas. En su lugar se encuentra el Parc de Belleville. El apartamento donde Pascal vive con su madre, ubicado en 15, rue du Transvaal, la iglesia, conocida como laÉglise Notre-Dame-de-la-Croix de Ménilmontant, y la parada de autobús Pyrénées-Ménilmontant, ubicada en la intersección de la rue des Pyrénées y la rue de Ménilmontant, siguen en pie.
El papel principal lo interpreta el hijo de Albert Lamorrisse, Pascal. El cantante francés Renaud y su hermano interpretan a los hermanos gemelos que aparecen al final de la película, vestidos con abrigos rojos. Consiguieron el papel a través de su tío Edmond Séchan, quien fue el director de fotografía de la película.
Albert Lamorrise fue auditor del Institut des hautes études cinématographiques (IDHEC), y el equipo que utilizó para la realización de la película estaba compuesto en su totalidad por graduados del IDHEC. Lamorisse hizo otras películas, en su mayoría cortos (algunos sobre volar). Murió en un accidente de helicóptero en Irán, en 1970, mientras filmaba “The Lover's Wind”, su viuda completó la película, que fue nominada al Oscar al Mejor Documental.
Magno mediometraje, de los que cala y emociona. Fuerza y honor!!!
La película sirve como un registro en color del área de Belleville de París, que se había deteriorado en la década de 1960, lo que llevó al gobierno parisino a demolerlo como un esfuerzo por limpiar los barrios marginales. Parte del sitio se construyó con proyectos de vivienda; el resto se dejó como terreno baldío durante 20 años. Parte de lo que se ve en la película ya no existe: una de las panaderías, la escuela, la famosa escalera en forma situada más allá del igualmente famoso café "Au Repos de la Montagne", los empinados escalones del pasaje Julien Lacroix donde Pascal encuentra el globo y el solar baldío donde tienen lugar todas las batallas. En su lugar se encuentra el Parc de Belleville. El apartamento donde Pascal vive con su madre, ubicado en 15, rue du Transvaal, la iglesia, conocida como laÉglise Notre-Dame-de-la-Croix de Ménilmontant, y la parada de autobús Pyrénées-Ménilmontant, ubicada en la intersección de la rue des Pyrénées y la rue de Ménilmontant, siguen en pie.
El papel principal lo interpreta el hijo de Albert Lamorrisse, Pascal. El cantante francés Renaud y su hermano interpretan a los hermanos gemelos que aparecen al final de la película, vestidos con abrigos rojos. Consiguieron el papel a través de su tío Edmond Séchan, quien fue el director de fotografía de la película.
Albert Lamorrise fue auditor del Institut des hautes études cinématographiques (IDHEC), y el equipo que utilizó para la realización de la película estaba compuesto en su totalidad por graduados del IDHEC. Lamorisse hizo otras películas, en su mayoría cortos (algunos sobre volar). Murió en un accidente de helicóptero en Irán, en 1970, mientras filmaba “The Lover's Wind”, su viuda completó la película, que fue nominada al Oscar al Mejor Documental.
Magno mediometraje, de los que cala y emociona. Fuerza y honor!!!