12/10/16/01/11) Entretenido film germano que cuenta la gran odisea por subir la última ‘cumbre virgen’ de los Alpes, el Eiger (Ogro) de 3970 metros de altura. En 1936 con el trasfondo del régimen nazi, poco antes de las Olimpiadas de Berlín dos parejas de alpinistas, una alemana, Tony Kurz (correcto Benno Fürmann) y Andreas Hinterstoisser (correcto Florian Lukas) y la otra austriaca Willy Angerer (Simon Schwarz) y Edi Rainer (Georg Friedrich), primero inicia la subida por la cara norte la teutona y poco después le sigue la austriaca, uniéndose por el camino, estando cerca de de coronar las dificultades climáticas, así como el accidente sufrido por uno de ellos les hace replantearse si deben abandonar y descender o separarse y que alguien encime. Las peripecias de estos escaladores son seguidas por los medios de comunicación pretendiendo los germanos que el éxito sea un tributo a la unión de las dos naciones Alemania y Austria. La cinta posee una puesta en escena excelente, es una recreación de la época muy creíble, con una muy buena fotografía de Kolja Brandt que sabe transmitir el terrorífico clima y mostrarnos lo inhóspito del mortal collado, es la naturaleza más salvaje y brutal y que el hombre siempre ha querido dominar con el único pretexto de sentirse el Dominador del Mundo. La historia está partida en dos, una es el antes de llegar a la montaña, cuando se gestan las parejas de aventureros y la otra en la falda del Eiger con su posterior subida, se muestran my didácticamente los entresijos de la escalada, como se hacen sus propias herramientas de escalada en una fragua, se instalan en una tienda de campaña, como estudian la ruta a seguir por la montaña y como acometen la épica y trágica ascensión. Las escenas de la escalada son mostradas con un gran realismo, transmiten el peligro y la tensión de un modo palpable, el sufrimiento te llega nítido, en un increscendo angustioso. El problema del relato radica en su frialdad que deriva en una nula empatización con los protagonistas, con lo que se asemeja a la gelidez de un semidocumental. La historia de la mujer periodista, Luis Fellner (Johanna Wokalek), parece metida con calzador para dar un empaque sentimental a los escaladores, pero no llega rozarte, te queda lejano el dramatismo. Le falta vigor, fuerza de profundidad para calarte, para dejarte poso, resulta todo muy aséptico, con lo que este drama no dejará huella más allá de los que gusten del cine de alpinismo aventurero-histórico. Fuerza y honor!!!